Diario de León

La crisis pasa del pádel

La cifra de aficionados a este deporte crece en León de forma exponencial. Tres empresas ofertan instalaciones cubiertas para canalizar la demanda. Hay otros dos centros que abrirán en poco tiempo.

Un jugador realiza un remate en la red en una de las instalaciones cubiertas que permiten la práctica del pádel en León.

Un jugador realiza un remate en la red en una de las instalaciones cubiertas que permiten la práctica del pádel en León.

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sergio c. anuncibay | león
León

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El pádel vive un momento de efervescencia en León. Cientos de personas practican un deporte que suma adeptos a una velocidad de vértigo, sólo comparable con el crecimiento que ha experimentado el running en la provincia. Todos los clubes privados cuentan en sus instalaciones con pistas para practicarlo e, incluso, las instituciones públicas han intentado fomentarlo con la construcción de infraestructuras que permitan a los aficionados disfrutar de una actividad que se ha popularizado, desprendiéndose de ese marchamo elitista que se le colgó en el pasado, hace algo más de una década, cuando las canchas de pádel sólo aparecían en sociedades privadas de ‘difícil’ acceso.

La democratización de este deporte, con el impulso de infraestructuras al aire libre, desencadenó una afición que ha crecido de manera progresiva, hasta hoy. Los expertos creen que aún hay bastante margen para que aumente el número de aficionados, puesto que León se ha incorporado tarde a la práctica del pádel, muy por detrás del sur de España, Cantabria o Asturias.

Ese horizonte que se advierte —según el número de licencias que arrojan otras provincias similares— ha permitido a algunos emprendedores leoneses sondear este nuevo nicho de negocio con la construcción de centros de interior que garantizan el disfrute de esta actividad durante todo el año, sin atender a las condiciones meteorológicas.

Las instalaciones cohabitan en los polígonos de Onzonilla y Trobajo del Camino. Están protegidas por las naves industriales que las albergan y, a pesar de la amplia oferta, no es fácil reservar una cancha en las horas centrales de la tarde. Tenis5Pádel ocupa las antiguas instalaciones de Precesa, donde levantan 11 pistas de pádel, 3 individuales cubiertas, dos canchas de tenis de césped artificial, una ludoteca y cafetería, además de una zona de spa (jacuzzi y sauna). Tiene también un gimnasio. Lleva algo más de diez días abierto y lo gestionan cuatro socios (Julio Aguilar, Álvaro Niño, Carlos Sánchez y Manuel Herrero).

En idéntica área de influencia está Pádel Blue, que nació en una nave aneja a Telemark, en la misma parcela. Ofrece seis pistas cubiertas y una pequeña zona de recreo.

Ya en Trobajo del Camino, frente al centro comercial de E.Leclerc , se levanta León Pádel Club, que emergió hace un par de años bajo el auspicio de Jorge Prieto, único propietario. Tiene cinco pistas y una cafetería. Es la única que está planteada como un club, con cuota mensual para sus socios, aunque también permite la entrada a los que no tengan el carné de abonado, para los que existen importes diferenciados. «Nuestro objetivo es que sea un centro más familiar», explica Prieto. Construirá una sexta cancha para dedicarla exclusivamente a la escuela de pádel que dirige. A escasos metros abrirán un nuevo complejo (Central Pádel); contará con ocho pistas, además de cafetería.

Todas ofrecen clases particulares y organizan sus propios torneos. Esta competencia beneficia, sin duda, al usuario, que ha visto como los precios por reserva se han ido ajustando al albur de estas infraestructuras.

Las canchas suelen cogerse por franjas de hora y media y las tarifas suben sensiblemente por la tarde, cuando la demanda es muy superior. Así, los costes oscilan entre los 3 y los 7 euros por persona (cuatro por encuentro), según la hora del día, aunque existen bonos que rebajan el coste. Una clase individual puede alcanzar los 30 euros, aunque las hay en grupo, bastante más asequibles. Abren desde las nueve de la mañana y cierran a las once de la noche, los 365 días del año.

El material no es prohibitivo, si bien —advierten los expertos— han proliferado palas de dudosa calidad que producen lesiones a los jugadores. «Una buena pala, de alta gama, puede comprarse por algo más de cien euros a partir del verano, cuando las tiendas tienes que deshacerse del stock porque las marcas sacan nuevos modelos», explica Jorge Prieto (León Pádel Club), profesor, con «diez años de experiencia» en este deporte. Sobre las causas que han incidido en el crecimiento exponencial del pádel no hay un diagnóstico claro, aunque los responsables de estos centros indoor coinciden en que «engancha».

«Es muy sencillo y te diviertes sin tener en cuenta el nivel de juego. Es una actividad muy social, que tampoco necesita de una gran forma física», justifica Julio Aguilar (Tenis5Padel), también monitor, que aconseja a los aficionados que compren un calzado específico y se asesoren sobre cuál es la ‘raqueta’ que mejor se adapta a su juego.

Jorge Prieto considera que una de las claves para que este deporte haya crecido tanto descansa en lo universal de su práctica, sin exenciones. «Es muy familiar. Pueden jugar los padres con los hijos, chicos y chicas, gente de todas las edades. Incluso mejora la integración de aquellas personas que tienen algún problema de socialización», argumenta el responsable de León Pádel Club, organizador, también, del torneo Ciudad de León, celebrado junto a San Marcos en las fiestas de San Juan y San Pedro.

En cuanto a las pistas, éstas requieren un mantenimiento regular para que la arena de sílice que hay debajo de la moqueta este bien esparcida. La lluvia estropea la base y el viento impide su práctica. Quizá sea ese otro de los motivos que explicaría el impulso de estos negocios, ya que son muchos los usuarios que prefieren jugar en interior porque las pistas están mucho mejor conservadas.

«Tampoco requieren un mantenimiento muy exhaustivo pero hay que tener siempre la arena esparcida y el pelo de la moqueta levantado», apunta Julio Aguilar. Jorge Prieto, por su parte, señala que el agua «apelmaza» los más de tres mil kilos de arena que asume cada pista y eso hace que las condiciones no sean las mejores al aire libre si no se realizan los cuidados preceptivos. Asegura que él, una vez al mes, dedica algo más de cinco horas a levantar el pelo y repartir la arena.

La cancha está rodeada por una barrera de cristal que alcanza en los fondos los cuatro metros; tres en los laterales. Los rebotes son parte del juego. Por tanto, no se requieren unas condiciones físicas envidiables —como en el tenis—. «Pueden jugar partidos, y pasárselo bien, las personas que empiezan. La colocación es muy importante», advierten.

«Lo idóneo sería realizar unas cuantas clases al principio» para quitar los vicios que arrastran los aficionados que antes jugaron al tenis. Y, a partir de ahí, juntarse con parejas de un nivel similar para competir. Jorge Prieto apunta que, actualmente, habrá unos mil jugadores de pádel en León —él tiene unos 180 socios—.

De momento, cuatro empresas compiten en la ciudad por asumir el mayor número de usuarios —hay otras dos en Ponferrada— y habrá una más cuando el Ayuntamiento concluya el complejo del CHF, que albergará otras cinco pistas cubiertas, junto a la Lastra. Una entidad privada las gestionará durante el periodo de la concesión.

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