Diario de León

El reportaje | Parapente

El leonés que vive con los pies en el cielo

Víctor Rodríguez Santamarta no se apea de su parapente. Es campeón de España de slalom paramotor —lo logró el pasado verano— y acaba de alcanzar el sexto puesto en el Mundial de precisión junto al combinado español

El leonés Víctor Rodríguez, durante uno de sus vuelos. DL

El leonés Víctor Rodríguez, durante uno de sus vuelos. DL

León

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El sueño de Víctor Rodríguez Santamarta siempre ha sido surcar los cielos. Lo fue cuando «apenas era un niño» y hoy, a sus 33 años, sigue intacto. Desde los 16 vive ‘pegado’ a su parapente, con el que se ha proclamado ya campeón de España en la categoría de slalom paramotor —lo logró el pasado verano tras dos años persiguiéndolo—, entre otros muchos títulos más que le sitúan en el top diez del mundo. De hecho antes de que concluya 2021 este leonés —bombero de profesión— confía en colarse «entre los cinco mejores» del planeta y, vista su trayectoria, sin duda el viento sopla claramente a su favor.

Pero lejos de conformarse, en los últimos tiempos Víctor también se ha especializado en accuracy —aterrizaje de precisión en parapente— donde acaba de representar a España en el Campeonato del Mundo junto a otros cinco seleccionados —del 6 al 16 de octubre— terminando en una prometedora sexta posición. «Ha sido una experiencia única y muy enriquecedora en una modalidad que tiene toda la pinta de que será olímpica en el futuro». Puede que París 2024 la incluya por primera vez.

Su idilio con el parapente viene de lejos y las escuelas deportivas tienen mucha ‘culpa’ de ello. «Recuerdo que de chaval vi un anuncio donde preguntaban ‘ ¿Quieres aprender a volar?’ Me impactó muchísimo y no lo dudé un segundo», recuerda. Sus primeros pasos los dio en Boñar y poco a poco comenzó a pasar más tiempo en el aire que con los pies en la tierra. «Aunque soy piloto experimentado de vuelo libre mis actividades principales giran en torno al paramotor», matiza.

José Luque fue su primer entrenador. «Él me enseñó a volar y más tarde, ya con Juanjo García, aprendí a hacerlo con paramotor entrando ya de su mano en el mundillo de la competición oficial». Un recorrido no exento de fracasos, alguna que otra mala pasada y varios sinsabores que, además de no derribarle, le han hecho todavía más fuerte. No entiende el término ‘detenerse’ ni mucho menos el ‘eso es imposible’ que algún iluminado le dejó caer en alguna ocasión cuando soñaba despierto. No solo es campeón de España sino que este mismo año realizó grandes actuaciones en países como Polonia o República Checa —en competiciones de slalom— cuyos frutos confía en recoger en pocas semanas.

Víctor es exigente consigo mismo, no se permite errores. Su deporte —quizá en mayor medida que otros— requiere de una precisión milimétrica. El mínimo error puede echar por tierra todo. Y aunque le dedica horas y horas a volar, a perfeccionar la técnica, admite que nunca es suficiente. Pero cuando se vive «como una pasión» sin duda todo se torna más sencillo y placentero.

Como deportista de élite que es necesita constantes nuevos retos. Los visualiza en un horizonte impecable que no se cansa de descubrir. Lo suyo es vocación. «A medio plazo quiero subir el nivel en slalom y completarlo con el accuracy, donde ojalá me vea en unos Juegos Olímpicos».

Es fácil encontrarle compitiendo en cualquier parte del mundo pero también por todos y cada uno de los rincones de la provincia leonesa desde los que se pueda dar un ‘salto al vacío’. Suele moverse con su furgoneta, una especie de casa ambulante que le regala libertad.

Por suerte —toca madera— nunca ha tenido un accidente grave volando pero sí ha perdido amigos cercanos en la competición. «Los riesgos son muchos pero la mayor parte de los sucesos tienen lugar por errores humanos más que por factores medioambientales», subraya.

Los éxitos y el reconocimiento le motivan pero no lo son todo. «Más allá de competir, te digo sinceramente que como más disfruto es cuando cojo mi equipo y me marcho a recorrer el planeta en busca de aventura».

Compartiendo la experiencia

Cuando Víctor Rodríguez se quita el ‘traje de competición’ también tiene tiempo para compartir sus experiencias con cualquier persona que se atreva a subirse con él en su equipo biplaza. «Me encanta volar con gente, vienen de todas las edades y para ellos la experiencia es única aunque no sé quién disfruta más, si ellos o yo».

Para costearse los viajes y la presencia en las diferentes competiciones Víctor —al que también se le conoce como Moncho dentro del paramotor— cuenta con varios patrocinadores que le ayudan aunque siempre está abierto a nuevas colaboraciones. Su trabajo como bombero —pertenece al cuerpo de Valladolid— también le ha llevado a vivir más de una aventura e incluso a realizar actos solidarios como por ejemplo el que hace unos años desempeñó en el Sáhara poniendo en pie un parque de bomberos y dotándolo con equipamiento y camiones que no se utilizaban en España.

Un leonés con vocación de ‘pájaro’ que no solo disfruta con lo que hace sino que hace disfrutar a todos los que se atrevan a compartir pasaje con él.

Víctor comenzó a volar con apenas 16 años y hoy, a sus 33, atesora numerosos títulos nacionales e internacionales, entre ellos el reciente campeonato de España. DL

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