Diario de León

Una leve lluvia de balones amarillos interrumpió dos minutos el clásico

La amenaza de Tsunami Democràtic se queda casi en nada: eso sí, exhibe dos grandes pancartas con sus reivindicaciones junto al marcador

talk

talk

Publicado por
Cristian Reino | Barcelona
León

Creado:

Actualizado:

Tsunami Democràtic lo dejó claro en los días previos al partido. Su objetivo no era impedir que se disputara el choque sino dejarse notar, que se escucharan sus reivindicaciones en todo el mundo y lograr que una gran pancarta a favor de la negociación entre Cataluña y el Gobierno español fuera visible por los 600 millones de teleespectadores potenciales que tenía el clásico. Además, el lanzamiento de decenas de balones amarillos, del tamaño de los de balonmano, interrumpió el partido durante dos minutos al inicio de la segunda parte. En el Pizjuán pasó algo parecido hace años, con pelotas de tenis, y el Sevilla fue sancionado con una multa. La plataforma secesionista no sorprendió con una acción espectacular como amagó durante días, pero sí consiguió su objetivo. El choque fue soso en lo futbolístico y soso en lo propagándistico. Una enorme pancarta con la frase en inglés 'Spain, sit and talk' y otra con el lema 'Freedom' apareció junto al marcador electrónico del Camp Nou, cuando los jugadores se hacían la foto de los equipos en los minutos anteriores al inicio.

En ese momento, el Camp Nou lucía un enorme mosaico, formado por 100.000 cartulinas con los colores azulgranas y de la 'senyera'. Poco después del mosaico oficial, parecido al que suele realizar la hinchada culé en las grandes ocasiones, como la de este miércoles, los participantes de la protesta de Tsunami Democràtic exhibieron otro mosaico, formado por pequeñas pancartas azules, que habían adquirido en los puntos de concentración en el exterior del estadio, también con el lema de 'Spain, sit and talk'.

Los miles de aficionados coreaban al mismo tiempo gritos a favor de la libertad de los presos secesionistas y a favor de la independencia. Se esperaba más pirotecnia por parte de Tsunami, pero la 'performance' no pasó de ahí. Al saltar los jugadores, hubo un grito bastante masivo pidiendo la libertad de los presos y en el minuto 17.14, como en todos los partidos, se gritó a favor de la independencia y cayeron algunos globos amarillos al campo. Aunque fueron tan pocos que por televisión ni siquiera pudieron verse. En la segunda parte, ni siquiera se formó el mosaico al inicio y los cánticos en el 17.14 fueron más bien tímidos. El público estaba más metido en el partido y lo político ya pasaba claramente a un segundo plano. En esta ocasión, la amenaza fantasma de Tsunami Democràtic, fantasma porque sus miembros son anónimos, se quedó en mucho ruido y pocas nueces. No hubo invasión, ni nada que pudiera incidir directamente en el desarrollo del juego, salvo la leve lluvia de balones, que duró muy poco.

Sin invasión La Federación lo dejó claro en una reunión mantenida horas del partido con los dos clubes: la invasión del césped durante el choque provocaría la suspensión inmediata. Tsunami Democràtic ya había avisado de que no tenía ninguna intención de que esto ocurriera y, a pesar de la amenaza, alimentada por la advertencia de los Mossos, la protesta de la plataforma independentista no fue más allá de una protesta más o menos convencional. Podría decirse que fue incluso menos tensa que las de otras ocasiones. Por ejemplo, nada que ver con el clásico de 2002, el primero que jugó Figo como jugador blanco, tras haber abandonado el Barça.

Una cabeza de cochinillo y una botella de JB volaron contra el extremo portugués cuando fue a botar un saque de esquina. Tsunami Democràtic se jugaba esta vez su prestigio ente la masa azulgrana. Y es que, todo lo que tiene que ver con el Barça, en Cataluña son palabras mayores. 'Con la iglesia hemos topado, si el cuadro azulgrana se hubiera visto afectado por la acción de protesta. El día del referéndum ilegal del 1-O, la presión independentista para que el club se negara a jugar fue enorme. Pero los jugadores se negaron a perder tres puntos y el choque contra Las Palmas acabó disputándose, eso sí, a puerta cerrada. Las críticas a la directiva también fueron muy fuertes por permitir que los guardias de seguridad requisaron caretas de Messi que Tsunami quería utilizar para una acción que quedó en sorpresa. Pero en cambio, si la plataforma pudo lucir sus pancartas fue porque el club no lo impidió.

Al final del partido, en los altavoces del campo, desde el club avisaron a la hinchada que no saliera por la calle de Les Corts porque había disturbios en el exterior. Algunos se marcharon antes de tiempo. 

tracking