Nadal tira de épica para seguir vivo en Londres
ENRIC GARDINER | LONDRES
Un ave fénix sobrevoló ayer Londres. Un ave que cayó en las garras de un chico ruso, que estuvo en sus fauces, pero que escapó antes del último mordisco. Rafa Nadal, el irreductible, resurgió de sus cenizas y remontó un 5-1 adverso en el tercer set, incluyendo un punto de partido, a Daniil Medvedev —6-7 (3), 6-3 y 7-6 (4)—, para mantener intactas sus opciones en la Copa de Maestros.
Tras bordear el abismo, el español completó una remontada imposible, con un parcial de cinco juegos a cero, y ganando la batalla mental al ruso, peleado con el público y consigo mismo al ser incapaz de doblegar a Nadal cuando estaba herido de muerte. Nadal y Medvedev, que también venía de derrota, salieron muy nerviosos, faltos de confianza. Subsistían por los fallos del otro, se mantenían en el partido casi sin saber cómo. Con errores de uno y otro, el encuentro se tornaba feo y a años luz del nivel que Dominic Thiem y Novak Djokovic habían mostrado el día anterior en la misma pista. La escalada de fallos transportaba el partido y Nadal no avistó ni una sola oportunidad de rotura, como ante Alexander Zverev. Un mal presagio.
El desempate prometía poner nervioso al ruso, pero varios errores y varios golpes ganadores de Medvedev le impulsaron, le pusieron por delante y cerca de infligir a Nadal su segunda derrota consecutiva en más de tres años, la primera a manos de este rival en su corta carrera. La venganza de lo ocurrido en el pasado Abierto de Estados Unidos.
Ante la adversidad y el marcador en contra, Nadal tiró de orgullo. Resurgió con una rotura cimentada en el corazón. Le enseñó a Medvedev que a falta de buen juego seguiría el espíritu competitivo. Se sostuvo durante todo el set e incluso le metió otra rotura de distancia. Un 6-3 que invitaba al optimismo y que permitía a Nadal sacar primero en el tercero, una ventaja mental que el de Moscú destruyó. Hasta ese 5-1 que parecía definitivo. Pero enfrente estaba Nadal. Irreductible. Se jugará las semifinales el viernes ante Tsitsipas.