Diario de León

Ordóñez se imbuye en Iten de la esencia de los campeones

Saúl suma su tercera presencia en Kenia Durante 40 días afina su puesta a punto para un 2022 en el que espera ser protagonista

Esta es su tercera experiencia en Kenia. DL

Esta es su tercera experiencia en Kenia. DL

León

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Cross, larga distancia, medio fondo... En todos estos escenarios los atletas africanos se desenvuelven a las mil maravillas. Desde hace años han conformado un reinado casi inexpugnable. Con Kenia y Etiopía como principales referentes su éxito se basa en una forma de trabajo, unos genes y una cultura que el resto de atletas intentan asimilar. En el valle del Rift y en una pequeña aldea situada en él, Iten, se han formado innumerables campeones. Kiplagat es uno de ellos pero tras su estela se encuentran otros muchos más.

Por eso no es de extrañar que cientos de atletas viajen cada año a aprender y mejorar. Algunos de ellos también de León. En su día lo hizo Roberto Aláiz y en la actualidad uno de esos inquilinos de la mítica pista del Kamariny Stadium es el atleta de Salentinos Saúl Ordóñez. No es la primera vez que acude a un escenario que han pisado y en el que se entrenan buena parte de los referentes del atletismo. Nada menos que la tercera. Allí lleva desde el 30 de noviembre. El 10 de enero pondrá punto y final a una estancia que está resultando muy satisfactoria en todos los sentidos y con la que espera cargar las pilas para un 2022 en el que esperas ser protagonista en el plano deportivo con sus éxitos.

«La experiencia es muy buena. Es la tercera vez que vengo aquí y no para de sorprenderme. Uno de los puntos positivos es que la motivación aumenta al ver tanta gente entrenando diariamente y el sacrificio que hacen muchos atletas kenianos es un impulso extra».

A pesar de la distancia con su casa y también con su lugar habitual de entrenamiento, Saúl apunta que sigue manteniendo el planning establecido por su entrenador Uriel del Reguero. ««Eso sí, hacemos alguna adaptación en ciertos días en relación a la situación que nos encontramos para entrenar». Muchos días realiza sesiones dobles de mañana y tarde «y cuando la fatiga se acumula intentamos darnos un día de relax como el de Navidad». El entrenamiento en altura es exigente y hay que saber leer muy bien las sensaciones para no cargar más fatiga de la necesaria.

Para Ordóñez esta estancia, que espera repetir en un futuro en la ‘Cuna de los Campeones’, le ha aportado muchas cosas. Ya lo hizo también en su día. «Un factor principal para mí es centrarme en los entrenamientos el día a día. Iten es como un pueblo y la vida en Kenia es muy relajada. Como dicen aquí ‘pole pole’ que viene siendo como despacito. Por otro, el entrenamiento en altura tiene un beneficio aeróbico importante de cara al 1.500 que estamos trabajando, pero no es sólo eso. También aprovechamos para hacer una mejora anaeróbica debido al trabajo en déficit de oxígeno de la altitud».

Respecto a la forma de entrenar y sus similitudes con la que se realiza en Europa y en este caso en el propio del atleta de Salentinos, Saúl considera que «hay diferentes grupos que emplean sistemas diferentes. Por un lado los martes y jueves están los míticos fartlek que se hacen en Iten que pueden oscilar en un minuto fuerte y un minuto suave, un fartlek sencillo de cinco minutos fuerte y un minuto suave o tres minutos fuerte y un minuto suave. Por otro lado hay grupos que realizan más entrenamiento de pisteros o un entrenamiento al margen de Iten como el de NN en Kaptagat».

Un factor que Saúl también destaca es la hora de entrenar. «Aquí madrugan bastante y muchas veces entrenan en ayunas incluso series, algo que para un occidental es imposible». Otra diferencia apunta el atleta leonés es que no hacen trabajo de gimnasio. La mentalidad de sacrificio y su capacidad para correr en largas distancias es otro factor que alaba Ordóñez.

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