Diario de León

WAVESKI

Pionero con el remo sobre la tabla de surf

Gustavo Presa Arias ocupa desde 2016 el cargo de presidente de la Asociación Mundial de Waveski Surfing, un deporte que, aunque aún minoritario en España, tiene ya la suficiente entidad como para haber acogido un mundial. El deportista leonés asume que aún es pronto para pensar en el olimpismo, pero cree que el hecho de que sea un deporte idóneo para los discapacitados puede ayudar

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CRISTINA FANJUL | LEÓN
León

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Puede que sea porque, aunque de León, ha pasado más de media vida en el sur. Aunque puede que no siempre hay que buscar por qués, que siempre vuelven la realidad banal. El caso es que Gustavo Presa Arias ya no puede vivir sin el waveski, un deporte que en España aún es desconocido pero que ya ha logrado hacerse con una importante ‘cantera’ de aficionados. Nacido en Australia, el waveski es un deporte similar al surf, con la ventaja de que cualquiera puede practicarlo. De hecho, hay numerosos discapacitados que encuentran en esta práctica una manera de vivir directamente con la naturaleza, de enfrentarse a las olas y al viento sin depender —al menos no como en el surf o en el windsurf— de la movilidad de las piernas.

Gustavo comenzó a practicar este deporte cuando apenas contaba 34 años y en un momento en el que casi nadie lo conocía en España. Hoy, rayando la cincuentena, ha participado ya en cuatro Mundiales celebrados en Portugal, Durban, Sudáfrica y, este mismo año, en La Coruña. Pero, como él mismo aseguram su mayor hito fue primer puesto en el Campeonato del Mundo por equipos, un certamen que se celebró en 2016 en Torres Vedras, Portugal. «Valoré comenzar con el surf tradicional, pero pensé que el aprendizaje me iba a costar mucho tiempo». Gustavo explica que la ventaja de surfear sentado es que permite coger las olas de manera rápido. «Otra cosa es progresar para tener un buen nivel. Eso no es nada sencillo», explica Gustavo, una hombre acostumbrado a los retos: «Nunca he sido de seguir los caminos marcados, por eso no me importó que este deporte fuera casi desconocido cuando comencé a practicarlo».

Gustavo Presa Arias sobre su tabla de surf en las playas de Cádiz . GPA

De hecho, esta modalidad también puede ser complicada y todos cuanto quieran participar en competiciones deben estar dispuestos a perfeccionar muchas habilidades, aprender estrategias y emular a los mejores. El deportista leonés sostiene que la actitud lo es todo en este deporte y no engaña: «hay que entrenar duro y estar en forma física y mentalmente». Todo son ventajas.

El waveski es aún un deporte minoritario en España. En el último Mmndial hubo 19 españoles inscritos de un total de 135 participantes. «?Si le sumamos los practicante totales no llegamos a 100 en toda España», precisa Gustavo, que admite que aún es pronto para plantearse su carácter olímpico. «Pero hay una avanzadilla que puede ser perfectamente viable: los deportistas paraolímpicos», asegura. Y es que el waveski es una modalidad donde se presta especial atención al deporte adaptado.

El ‘inventor’ de este deporte fue Merv Larson, un fan del kayak que trabajaba como socorrista en las playas de California. Se dio cuenta de que, durante las competiciones, sus colegas socorristas utilizaban unas largas embarcaciones para ser más eficaces. Fue entonces que, a mediados de los años sesenta, decidió añadir un cinturón a una tabla de paddleboard y surfear sentado con la ayuda de una pala. Gustavo también se acuerda de los ‘caballitos de totora’ peruanos que, con una antigüedad de cuatro mil años, son el primer exponente de lo que hoy conocemos como surf.

Las sensaciones del waveski son parecidas a las del surf, pero tienen sus peculiaridades. Gustavo explica que al estar fusionado con la tabla, el deporte ofrece la posibilidad de hacerse uno con la ola. «Sientes toda esa energía transformada en velocidad y movimiento», incide con el objetivo de transmitir las sensaciones que puede provocar este deporte.

El deporte contagia naturaleza y una de las virtudes que tiene poder practicarlo con tiempo es que te permite conocer los ‘momentos’ del mar. Gutavo dice que una de las claves es el timing, la capacidad de leer bien el mar para que la ola no te «cace». «Hay que tener también decisión en la remada y tranquilidad en el caso de que quieras comerte la ola». Y recomienda que en estos casos, se decida ponerse cabeza abajo, imitando a las tortugas, con un «longboard». «Después, cuando la ola pase por encima, es el momento de usar la pala para, mediante la maniobra llamada esquimotaje, recuperar la verticalidad y seguir remontando».

No está mal como una primera clase.

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