Diario de León

Fútbol | Fase de clasificación para el Mundial de Catar 2022

La Roja endereza el rumbo a Catar

Los jugadores españoles celebran el segundo gol que cerraba la victoria frente a Kosovo. VALDRIN XHEMAJ

Los jugadores españoles celebran el segundo gol que cerraba la victoria frente a Kosovo. VALDRIN XHEMAJ

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Cumplió España con su obligación de ganar (0-2) a Kosovo y encarriló el camino al Mundial porque Suecia, además, perdió en Grecia, pero no conviene equivocarse. Mantuvo la Roja su portería a cero por segundo partido consecutivo, pero la sensación de vulnerabilidad defensiva que ofrece es alarmante.

Con casi nada, todos los rivales le generan ocasiones y le dan unos sustos de muerte a campo abierto. Y eso ante rivales de alto nivel es una condena.

Si venció en Pristina es porque Fornals acertó en una de las escasas llegadas y los kosovares erraron ocasiones pintiparadas en contragolpes de libro antes del postrero gol de Ferran, a instancias del VAR. Si todo transcurre sin más sorpresas y vence a Suecia en la última jornada de noviembre, España acabará como líder de grupo y disputará, sin el agobio de la repesca, su duodécima Copa del Mundo consecutiva. Desde que falló en Alemania-74, la Roja siempre ha competido entre los grandes.

Como la sorpresa sería que Luis Enrique apostase por un once tipo, que encadene revoluciones ya no es noticia. Ha dirigido a la selección española en treinta partidos y jamás ha repetido equipo, lo que demuestra que el pasado para él no cuenta, que no tiene hipotecas y que busca tener a todos sus jugadores con el colmillo afilado.

El asturiano considera innegociables el 4-3-3, la presión alta y la posesión con independencia de la enjundia del rival que toque en suerte, pero cambia de jugadores como de ropa. A pesar del buen desempeño de la Roja ante Georgia en un partido unidireccional, nada menos que seis cambios en Pristina.

En esta ventana de tres partidos, Lucho solo ha mantenido a cuatro jugadores como titulares: el guardameta Unai Simón, el central Laporte, el extremo Ferran Torres y el recién llegado Carlos Soler. Para este duelo que calificó en la previa de muy difícil, exagerando en los parabienes a los kosovares para mantener en alerta a sus jugadores, recuperaron galones Busquets y Koke, aunque con ellos España es más lenta y previsible.

No entró bien al partido España, desajustada en la presión. Tenía el balón, pero no el control. La faltaba rapidez en la circulación y, como advirtió Luis Enrique que podría ocurrir, permitió transiciones de los balcánicos porque no encimaba bien. El portero Muric, cedido por el City al Demirspor turco y con muy buena pinta, siempre encontraba algún jugador libre.

Ordenó alguna corrección Luis Enrique, mejoró España y acentuó su dominio hasta el descanso, ya sin sufrir sustos. Pero le costó generar ocasiones en este primer acto hasta que Fornals descerrajó a los kosovares.

Gran asistencia de Morata y perfecto movimiento y definición con la zurda del jugador del West Ham. El castellonense se estrenó como goleador de la absoluta en la primera ocasión que tuvo en Pristina. La segunda antes del descanso, un cabezazo de Morata desviado a la salida de un córner.

Se repitieron los problemas defensivos tras la renudación. Bien por mala colocación o por alguna pérdida o pésimo control como el de Iñigo Martínez, de nuevo los kosovares amenazaban. Unai salvó en una salida con el pie y minutos después Muriqi perdonó en un mano a mano de libro.

Revivían los locales con esas jugadas que obligaban al portero vasco a arriesgar muchísimo, como ocurrió en La Cartuja y le costó un gol.

Peligraba un triunfo clave y Luis Enrique miró al banquillo. Fuera Soler y Fornals, poco aplicados en defensa, dentro Azpilicueta y Adama.

El multiusos Llorente, más feliz de interior. Luego retiró a Morata, incrédulo, y buscó aún más equilibrio con Sarabia. Unai metió una mano salvadora y Lucho recurrió a Albiol y Merino antes de que Ferran abrochase el triunfo con su cuarta diana en esta fase clasificatoria.

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