Diario de León

Gimnasia rítmica

Ruth Fernández acosó a Jaimez

El Consejo Superior de Deportes reconoce abuso por parte de la entrenadora y su cuerpo técnico La Federación Española de Gimnasia, retratada por «omisión y ausencia de reacción» ante los hechos

Ruth Fernández posa con una de sus gimnastas en el CAR de León. FERNANDO OTERO

Ruth Fernández posa con una de sus gimnastas en el CAR de León. FERNANDO OTERO

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González González
León

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Ocho meses después de que la madre de Claudia Jaimez denunciara ante el Consejo Superior de Deportes (CSD) insultos y trato vejatorio por parte de Ruth Fernández en el CAR de León, el máximo organismo del deporte español ha dictaminado la resolución. El informe, que llegaba a manos de Diario de León a última hora del miércoles y que la propia Claudia Jaimez publicó ayer en su cuenta de Instagram, revela unas conclusiones muy claras que señalan directamente los métodos de Ruth Fernández y el silencio cómplice del resto de su cuerpo técnico, integrado por Nuria Castaño, Beatriz Brito y Eva Pelayo. Todas pertenecen al laureado Club Ritmo y ostentan cargos en la Real Federación Española de Gimnasia (RFEG) —Ruth Fernández y Beatriz Brito forman parte del Departamento Técnico de la Federación como entrenadora del CAR y profesora de ballet, respectivamente— y en la Federación de Castilla y León —Nuria Castaño es la juez y Eva Pelayo la delegada en la Comunidad—. El CSD también exige responsabilidades a la Real Federación Española de Gimnasia por haber consentido tales hechos, detectando «indicios de omisión y ausencia de reacción» frente a los mismos.

«En la denuncia se ponían de manifiesto actuaciones susceptibles de calificación de acoso y abuso por parte de la entrenadora de gimnasia rítmica, Ruth Fernández, y su equipo técnico, así como la negativa a reconocer la existencia de los mismos por parte la RFEG», detalla el documento. Con esta demanda se abría el correspondiente expediente de investigación por parte de las Delegadas de Protección del Consejo Superior de Deportes, que iniciaron así el proceso de «investigación, averiguación e inspección de la materia». «Dicha instrucción reveló indicios de actuaciones constitutivas de acoso y abuso, así como de omisión de actuación correctora por parte de la Federación», asevera el texto.

Tras reunirse el 15 de marzo de 2021, la Dirección General de Deportes del CSD insta al CAR de León, dirigido por Daniel Mateos, a aplicar su Reglamento de Régimen Interno para «determinar e imponer, si procede» las medidas de actuación disciplinaria que considere oportunas frente a Ruth Fernández, Nuria Castaño, Eva Pelayo y Beatriz Brito.

Sin excusas

El compromiso del CSD contra el abuso deja en evidencia al método Ruth y al Club Ritmo

La determinación del CSD ha sido necesaria tras el silencio sepulcral de la Federación Española de Gimnasia, que nunca ha querido hacer declaraciones sobre los casos de abuso de Ruth Fernández contra Claudia Jaimez y Carla Vilasánchez, y que ha ignorado por completo la exclusiva que Diario de León publicó en marzo de 2021 y que destapaba las malas prácticas de la entrenadora del Club Ritmo durante 20 años, con más de tres generaciones distintas de ex gimnastas afectadas por su método. Algunas siguen pagando a día de hoy las consecuencias, con problemas severos de salud. Por ello en la resolución, firmada por el Director General de Deportes del CSD, Joaquín de Arístegui Laborde, «se procede a recordar a la RFEG la responsabilidad derivada de sus competencias, en relación con la seguridad de los deportistas, y la firmeza necesaria de reacción ante conductas que puedan mermar el correcto desarrollo físico, psicológico y deportivo de los menores de edad».

El CAR ha de actuar

El CSD insta al centro que dirige Daniel Mateos a actuar en consecuencia a su resolución

Con esta actuación, que el CSD ha realizado atendiendo a su «compromiso firme frente a cualquier tipo de acoso, abuso y violencia sexual en el deporte» así como en aras de «garantizar entornos seguros y un correcto desarrollo físico, social, psicológico y deportivo de los deportistas», se confirman los malos tratos, insultos, trato vejatorio y demás situaciones de acoso y abuso de poder frente a niñas y adolescentes que la secta del Club Ritmo ha intentado ocultar desde el principio con su maquinaria de miedo, poder y éxito competitivo. Ni los mensajes exigiendo a Jaimez que se retractara de sus palabras, ni las amenazas personales, ni los intentos de coacción ante los profesionales de los medios han impedido que la verdad salga a la luz. La resolución es el punto y final para que una joven que amaba la gimnasia rítmica pueda volver a disfrutar de su deporte.

Ahora la pelota está en el tejado del CAR de León y de la RFEG, que han de velar por el bien de sus deportistas.

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