Sábado para olvidar de Sainz y Alonso y pole de Hamilton en Imola

La igualdad tan extrema que hay en la parrilla de Fórmula 1 este año hace que cada sesión sea casi imposible de predecir. Si el viernes Carlos Sainz apuntaba a acercarse al podio y Fernando Alonso a meterse en la Q3 de este sábado con relativa facilidad, la realidad les ha dado una bofetada sonora. Al primero, por errar en un momento clave. Al segundo, porque no acaba de adaptarse a un monoplaza que sin tener nada malo tampoco tiene nada bueno.

Salir undécimo y decimoquinto no entraba en los planes de Sainz y Alonso. En ambos casos no pueden justificar su rendimiento con el coche, ya que sus respectivos compañeros han acabado por delante sin mayores dificultades y con la sensación de que les salió todo bien el sábado.

A Sainz le faltó muy poco, apenas seis centésimas, para cruzar a la Q3.

Una mala vuelta en el momento crítico, con una salida de pista inoportuna, y un error de cálculo cuando salió con tráfico arruinaron sus opciones.

La única ventaja que tiene es que podrá elegir neumáticos, pero en un circuito donde adelantar es complicado, poco premio de consolación es.

Mientras, Charles Leclerc partirá el cuarto y tiene esperanza de poder auparse al podio.

El caso de Fernando Alonso es peor. Desde el primer momento se vio que no era su sábado. Mientras que en el GP de Baréin brilló y se llevó los elogios unánimes, en este vio cómo Esteban Ocon le metía cuatro décimas en la Q1 y pasaba el corte a la Q2 cómodamente en séptima posición.

El accidente de Tsunoda libró a Alonso de caer en a las primeras de cambio, ya que el japonés con el AlphaTauri era firme candidato a superar la primera tanda con solvencia. Apenas una décima y media de margen separó a Alonso del desastre.

Todo parecía que iba a mejorar en la Q2, pero ni mucho menos. La pista se afinó mucho más, la temperatura se puso acorde para que los neumáticos se convirtiesen en los principales aliados de los pilotos y mientras todos mejoraron (algunos más que otros), Alonso se quedó muy corto. Tanto que mientras su compañero le metía cuatro décimas otra vez y pasaba noveno a la Q3, él se quedaba con una paupérrima 15ª posición.

Superado incluso por los Williams, que han dado un paso adelante (si bien ha marcado el mismo tiempo que Nicholas Latifi, 14º, a la milésima), Alonso no estuvo a la altura de lo que se le exige. Él mismo admitió que no tuvo su día y no acaba de entender por qué.

"No fui lo suficientemente rápido, ni maximicé el rendimiento del coche. Estoy decepcionado con mi resultado y esperemos que todavía podamos conseguir algo este domingo. Es difícil adelantar aquí, pero los puntos se dan en carrera, así que veamos cómo lo hacemos. Por otro lado, Esteban lo hizo bien y demostró que las actualizaciones que trajimos aquí han funcionado bien", intentó explicar.

Tocará remontar. o las cuevas de los 'haters' de Alonso empezarán a bullir de actividad.

Pérez, brillante Más allá de las cuitas de Sainz y Alonso, la gran noticia del día estuvo en la cabeza de la parrilla. No por ver a Lewis Hamilton marcando otra pole, y van 99, sino porque sólo lo consiguió con sólo 35 milésimas sobre el Red Bull inesperado: Sergio Pérez.

El mexicano tiene claro que no ha llegado al equipo de las bebidas energéticas a ser comparsa de Max Verstappen, y va a aprovechar los huecos que el neerlandés le deje.

En esta clasificación lo hizo. Cuando todas las miradas estaban puestas en la lucha entre Hamilton y Verstappen en la Q3, toda vez que Bottas se autodescartó con dos paupérrimas vueltas que le harán salir octavo, Pérez se sacó de la manga un gran tiempo para colarse entre ambos.

Aunque los tres primeros quedaron separados por menos de una décima, la gran labor del mexicano quedó patente. Resoplaba Hamilton, y motivo tenía para ello, porque posiblemente esta haya sido una de las poles que más le ha costado. Visto lo visto, la carrera de este domingo va a dejar mucha emoción.