Sergio es el más fuerte en Clásicas 2T

Sergio Fuertes lleva ADN de campeón en sus venas. Y también el Gran Premio de La Bañeza grabado en su palmarés con letras de oro. Con ocho triunfos, siete en la categoría de Clásicas 2T, es uno de los pilotos más laureados de una carrera que para el valenciano es sinónimo de éxito.  

En el 2001 se estrenaba en lo alto del podio en Criterium 125, pero su mayor cosecha le ha llegado en las Clásicas en las que en 2012 disfrutaba de su primer éxito. Luego vendría el de 2014 y desde allí hasta hoy en día. Ayer esa tradición no podía quedarse aparcada a un lado. Y menos tras una sesión de entrenamientos del sábado en la que avisaba a sus rivales. ‘Aquí estoy yo’ parecía decir con su actuación, jalonada con la pole.  

Pero faltaba culminarla. Y ante más de 60.000 espectadores su carrera fue ejemplar. Su número 16, el que lucía en el carenado de la Montesa, iba a lucirlo como líder desde la misma salida. Sergio enfilaba la recta poderoso para tomar el mando. Por detrás Juan Francisco Risueño (Bultaco) y Juan Miguel Salazar (Montesa) s enfrascaban en un intenso mano a mano en busca de la segunda plaza. La primera parecía ya desde los primeros giros y salvo contratiempo asignada al más fuerte, Sergio.  

Y eso que Risueño, con un cambio de ritmo y mejorando sus registros iba a situarse casi a su rebufo. Hasta que Fuertes volvía a aplicar una marcha más para recobrar la ventaja, que tras completar la quinta vuelta se iba a los cuatro segundos. Fue precisamente en la siguiente cuando Risueño se veía obligado a abandonar. El camino quedaba así allanado para el valenciano que se iba directo a por su octava corona, la séptima en Clásicas 2 Tiempos y la sexta consecutiva.  

A una distancia prudencial pero sin pasar apuros para ceder la segunda plaza se situaba Salazar. Por detrás José Antonio Bocija (Ossa), Javier Triguero (Bultaco) y las Ossa de David Posada y Rubén Cayetano.  

Vuelta a vuelta Fuertes construía su nuevo triunfo para cruzar la meta con la bandera de cuadros que le reportaba un nuevo trofeo, el dorado, en el Gran Premio de Velocidad. A casi cinco segundos lo hacía Salazar que disfrutaba como si de un triunfo se tratara su segundo peldaño en el podio mientras que el tercer escalón del cuadro de honor tenía como dueño a un Triguero que fue de menos a más y que, emocionado, recibía las felicitaciones de su escudería. Por detrás las tres Bultaco de Posada, Bocija y Cayetano. Una Bultaco más, la de Josep Blau, para completar el top-10 con tres nuevas Ossa, la de todo un veterano en el trazado urbano, Jorge Cabanes, Francisco J. Alcalde y Jovino Galvañ.  

Tampoco iba a faltar Benjamín Grau, aunque uno de los mitos del Gran Premio que en su día se apuntaba en seis ocasiones, no podía rodar como el quería.  

   

UN CAMPEÓN EMOCIONADO  

Aunque no es la primera vez que Sergio sube al podio, y además a lo más alto, el piloto valenciano se mostró feliz. Como si hubiera sido el primero. «Es para estas superorgulloso. Ha sido una carrera magnífica en un escenario tan especial como La Bañeza. Sabía que podía hacerlo bien aunque lo de la victoria hasta que no cruce la meta tras las diez vueltas no lo tenía tan claro. Se lo agradezco también a mi equipo que ha hecho un trabajo estupendo», precisó.  

   

LA ANÉCDOTA DEL NÚMERO 56  

La carrera de Clásicas 2 Tiempos tuvo a un protagonista inesperado, el piloto número 56 de Sergio Blesa. A priori no tenía asegurada la plaza en la carrera final pero se presentaba en la línea de salida. Los comisarios se dieron cuenta y rápido le sacaban la bandera negra de descalificación. Eso sí, al final lograba acabar, algo que a pesar de que con los cronos no había conseguido ayer si pudo hacerlo.