Diario de León

Balonmano | Liga Asobal

Slavic cierra la puerta a un gran Nava

Ademar 23 BM Nava 22 El conjunto leonés se impone por la mínima y suma su décima victoria consecutiva en un duelo marcado por la buena actuación de ambos guardametas

León

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Con el mismo guion que en la pasada final de la Copa de Castilla y León pero uno o dos grados más de intensidad. Así fue el duelo de ayer entre el Abanca Ademar (23-22) y un Balonmano Nava al que solo la inexperiencia en los momentos decisivos le impidió sacar oro del Palacio de Deportes. Un encuentro marcado de principio a fin por los guardametas —enormes tanto Dino Slavic como Yeray Lamariano por los segovianos— donde la igualdad y las buenas defensas se convirtieron en costumbre hasta el último segundo.  

No fue ni mucho menos la mejor versión de los de Manolo Cadenas, muy descontento con la poca fluidez en el juego de los suyos, pero sirvió para sumar la décima victoria consecutiva —octava en Liga— ante el mejor equipo que ha visitado León esta temporada con permiso del Bidasoa Irún. Y es que los de Dani Gordo apenas notaron la presión de un conjunto ademarista muy atascado en ataque al que solo el tiro exterior de Tin Lucin le mantenía por delante en el marcador. El técnico pucelano volvía a la que fue su casa sin complejos, entre los aplausos de la grada y al frente de un equipo llamado a pelearse con los ‘gallitos’ de la competición dentro de unos pocos ‘episodios’ más.  

Sin noticias de David Fernández en toda la primera mitad —a quien el Nava le tenía reservado un marcaje especial— solo algunas pinceladas de Carrillo y de Gonzalo desde los extremos animaron a un Abanca Ademar incapaz de imponer su ritmo ni mucho menos de abrir brecha. A falta de diez minutos para el final del primer acto, el 8-8 explicaba a la perfección lo que estaba siendo un partido físico, de ataques largos y férreas defensas. Agustín Casado y Darío Ajo le tomaron pronto la medida a una zaga leonesa que echaba en falta la contundencia de Juanjo y Carou. Apostó el de Valdevimbre por colocar a Jaime Fernández como central —recurso que empieza a ser habitual en batallas complicadas— y el extremo no estuvo mal, pero los huecos en la retaguardia se antojaban mucho más evidentes. Gordo lo supo leer a la perfección y fue gracias a esa debilidad que los visitantes llegaron a ponerse por delante en algunas fases. Los cambios no mejoraron a un Abanca Ademar impreciso y muy acelerado que aún así se iría al descanso con un gol de ventaja (12-11).

 

Entrenadores

 

Tras el paso por vestuarios hubo cierto ‘run run’ en el ambiente con el parcial de 0-2 del Nava que volvía a otorgarles el bastón de mando. Pero ahora sí, David dejó los nervios iniciales atrás echando por tierra la estrategia de los visitantes. Aún así, el Nava supo aguantar el chaparrón poniendo sobre la pista «un juego más coherente» —tal y como definió después en sala de prensa Cadenas—.  

Al paso por el minuto diez, de nuevo era la igualdad la que imperaba al tiempo que las exclusiones hacían acto de presencia. No supo aprovechar el Balonmano Nava la primera a su favor y quizá ese hecho acabaría marcando un antes y un después. El Ademar consiguió su máxima renta (19-16) justo cuando el reloj se acercaba al ecuador de la segunda parte. Fueron los mejores momentos de los leoneses. Y lo fueron, en gran medida, porque Juanjo y Carou le habían cambiado la cara a la defensa. Las fuerzas visitantes comenzaban a dar claros síntomas de flaqueza pero su portero iba a encargarse de tenerles activos hasta el final. Justo cuando los ademaristas lo tenían todo a favor para romper definitivamente el choque, el nerviosismo y un casi inexpugnable Yeray hicieron que solo la campana salvase los muebles. De hecho con el 23-22, posesión para los de Cadenas y cinco segundos aún por delante, se desató más de un ‘infarto’ en la grada. Dos puntos que hubo que sudar más de la cuenta pero que colocan al Ademar, a la espera de lo que haga Cuenca hoy, en el segundo puesto de una apasionante Liga.  

Volvió a pisar el parqué del Palacio Ivan Mosic, pero su presencia apenas sirvió para demostrar que está muy lejos de su mejor forma. Lo mismo que Vieyra. A ambos les va a costar mucho subirse al tren de un Abanca Ademar que navega viento en popa.

 

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