Diario de León

La temporada de caza menor afronta la recta final de un deficiente ejercicio

Un cazador con su perro. RAMIRO

Un cazador con su perro. RAMIRO

León

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La temporada de caza menor en Castilla y León afronta sus últimos días de actividad (hasta el 22 de enero). Y lo hace sin cambios respecto a lo que ha sido esta campaña en líneas generales, con más nubes que claros. También en la provincia leonesa que a pesar de mejorar los registros de buena parte de sus vecinas en la Comunidad ofrece registros en algunas de las piezas estrella regulares tirando a malos.

Desde que la temporada de caza menor levantara el telón el 24 de octubre las perspectivas que se centraban en la perdiz y la liebre no han variado. Y estas no eran nada positivas. Todo lo contrario. En el caso de la primera su puede constatar su escasa presencia. En algunos lugares incluso nula o anecdótica. La ausencia de crías o en su caso las pocas polladas nacidas en los meses precedentes no han permitido que los cazadores puedan dar con bandos numerosos en cuanto a cantidad y también en distribución.

Otro suspenso se lo está llevando la liebre. La población en los últimos años no ha sido la deseada aunque en este se puede decir que se ha llegado a un punto en el que su presencia es bastante escasa.

Del triunvirato de piezas estrella de la caza menor el que mejor parado sale es el conejo. Bien es cierto que su número tampoco es para tirar cohetes. Ha habido bastantes años mejores. Pero también iguales o peores. Todo depende de cual sea la época a la que nos refiramos.

En ese apartado del aprobado se encuentran también la becada y la paloma.

En el caso de la primera y a pesar de que se auguraba un mal ejercicio se ha comprobado que no ha sito tan negro con números que aunque más bajos que en los mejores años tampoco se han convertido en un desierto en cuanto su presencia en estas semanas.

Y en lo referido a la paloma. Se puede decir que es la que mejor situación presenta con bandos importantes en número, algo que viene siendo la tónica habitual en estos años y que no ha variado en esta temporada de caza menor.

EL JABALÍ, IRREGULAR

Por lo que respecta a la caza mayor y en este caso al jabalí, el transcurso de esta campaña está resultado irregular. Bien es cierto que su número es más que destacado en cuanto a piezas. Pero también que en muchos casos su presencia se circunscribe de una manera poco homogénea tendiendo en algunos de los casos a la concentración.

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