La temporada de caza menor suma una semana más entre nubarrones

La temporada de caza menor suma una semana más de actividad. Y con los mismos nubarrones que la precedente. No se esperaba que la situación mejorase y así ha sido. Desde que el pasado 23 de octubre levantara el telón se puede decir que las sensaciones negativas están llevándose la palma respecto a las positivas. Nada nuevo y a buen seguro el pan nuestro de cada día hasta que la campaña baje el telón en los días finales de enero de 2023.

Uno de esos puntos negros lo protagoniza la liebre. Pocas, más bien escasas, se divisando en los campos leoneses. La enfermedad que ha diezmado su número y también la climatología en los meses pasados que dificultó en cierta medida la cría han sido los condicionantes adversos y en buena parte determinantes que han llevado a que su presencia sea bastante reducida.

Tampoco se salva la perdiz. Se puede decir que entre lo malo la situación de León es un poco menos grave que en el resto de la Comunidad, pero tampoco para hacer cambiar la opinión negativa.

La cara menos negativa la proporciona el conejo. Bien es cierto que no ofrece dígitos en cuanto a su población que sean a tener en cuenta para decir que la situación marcha bien, pero sí para al menos poder cobrarse alguna pieza. El calor también elevado en los meses precedentes y algunas bajas por enfermedad han llevado a que su presencia sea irregular en los campos de la provincia leonesa. Algunos con números salvables y otros más bien deficitarios.

Y en cuanto a las mejores notas, estas llegan de la paloma. Números altos por su destacada presencia que al menos pueden servir para contentar al cazador.

Un panorama que salvo giro inesperado y se puede decir que poco probable va a suponer que la actual temporada de caza menor sea catalogada como mala. Incluso añadiéndole el de ‘muy’.