Diario de León

Temporada con nubes y claros

La caza menor afronta la recta final en el calendario con la liebre como protagonista en negativo La perdiz es la mejor parada en resultados y el conejo llega al aprobado

Un cazador en una jornada de actividad en la provincia. JESÚS F. SALVADORES

Un cazador en una jornada de actividad en la provincia. JESÚS F. SALVADORES

León

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La temporada de caza menor afronta su recta final (finalizará el 23 de enero). Y lo hace con nubes y claros, un escenario que en alguno de los casos como el de una de las piezas estrella como la liebre se ha tornado en negativo, más de lo esperado. Y todo a causa de la situación sanitaria que le afecta y que en forma de enfermedades ha disminuido su población de manera destacada. Quizás sea esa la nota más negativa para una campaña que no empezó de la mejor manera posible aunque la nota a las primeras semanas superaba el aprobado, siempre con la desigualdad de resultados dependiendo de la zona de la provincia que se tratase.

En el caso de la liebre la situación se ha presentado bastante similar e lo largo y ancho de la provincia. Bien es cierto que ejemplares se han visto y cazado, aunque en un número menor de lo esperado. Y es que la población de una de las piezas estrella de la temporada de caza menos no ha sido en cuanto a cantidad parecida a la de años precedentes, no muy lejanos en el tiempo.

Por lo que respecta a la perdiz, se puede decir que el panorama, aunque dependiendo de los escenarios, ha sido mejor. Aunque lejos de levantar las campanas al vuelo sí aparece en algunas zonas de la provincia el panorama ha llevado a sensaciones más positivas. Algo que sin duda alguna lleva esperanza a que esta pueda recuperarse para los próximos ejercicios tras unos años en los que la irregularidad y las carencias eran la tónica dominante. Bien es cierto que en alguna zona donde los campos de maíz adolecen de presencia la opción de cobrarse alguna perdiz es casi imposible, en otros escenarios se están dando jornadas con bandos

Más que destacables y con ello la opción de que los cazadores puedan llevarse alguna para sus perchas. Tal vez esta sea una de las pocas notas dominantes ya que en lo referido a otros dos ‘protagonistas no ha sido lo mismo. En el caso de la liebre ya se ha apuntado al condicionante de las enfermedades que la han azotado. Mientras que en el conejo aunque también su población ha disminuido, no de la misma manera. Y eso se ha notado en algunas zonas habituales para poder cobrarse alguna pieza.

La situación, no obstante, no es tan negativa. Y aunque mejorable se puede decir que se espera que el panorama pueda abrirse a perspectivas más positivas en la campaña de 2023.

A falta de poco más de tres semanas para que la temporada de caza menor baje el telón el balance parece ya definitorio ya que no se espera que para mejor o peor este pueda variar de manera considerable. Y en números y sensaciones el aprobado es una nota más que correcta. Eso sí, sin llegar al esperado notable.

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