Diario de León

Vinicius aviva el Clásico y Alaba lo revienta

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Por cuarta cita consecutiva, el clásico tuvo color blanco (1-2). El Real Madrid asaltó de nuevo el Camp Nou con el primer gol de David Alaba portando su nuevo escudo y otro en la recta final de Lucas Vázquez que convirtieron en intrascendente el postrero tanto de Agüero, pinchando así el globo del Barça. Después de elevar el ánimo con dos triunfos encadenados entre Liga y Champions, el conjunto azulgrana volvió a hincar la rodilla ante su acérrimo enemigo en feudo propio, pierde comba en el campeonato doméstico y agrava la crisis que no cesa en territorio culé.

El Barça sigue sin ser capaz de derrotar a los grandes del continente bajo la égida de Koeman y eso puede ser el tiro de gracia para el técnico holandés a poco que Joan Laporta cuadre las cuentas para su finiquito.

Por el contrario, Ancelotti salió reforzado con su primer triunfo en el coso azulgrana, donde el Real Madrid ha encontrado una pradera nutritiva. Solo ha sucumbido en una de sus nueve visitas más recientes entre todas las competiciones y acumula dos victorias seguidas. Esta última, fruto de un soberbio ejercicio de orden y eficacia ante un Barcelona impotente que sigue viéndose penalizado por su debilidad en las dos áreas. Pese a ello, nadie puede echarle en cara esta vez a Koeman el planteamiento. Mantuvo el 4-3-3 que constituye el santo y seña azulgrana, eludiendo esa retaguardia con tres centrales que tantas críticas le ha costado por parte de los puristas del estilo Barça. Ancelotti fue plenamente fiel a su discurso y repitió el once que goleó al Shakhtar. Mejor no tocar lo que funciona. Valiente disposición del italiano, que rehusó reforzar el lateral derecho con un futbolista de perfil más defensivo que Lucas Vázquez. El de Reggiolo es un hombre cauteloso, pero ni mucho menos temeroso. Salió a cazar al león con sus mejores armas y regresa a casa con un botín prestigioso.

Koeman ordenó una presión alta para asfixiar la circulación del Real Madrid, con Memphis como extremo izquierdo y Ansu Fati como delantero centro. La presentación del Barça fue notable. Atrincheró a los blancos en su campo y mandó como en los buenos tiempos mientras le duró el fuelle. El antídoto de Ancelotti fue amenazar con la potencia de Vinicius. El carioca asumió la responsabilidad con regocijo.

Los técnicos se desvelaban porque sus bloques fuesen compactos ya que ambos sufren en transición. Dest desperdició un contraataque eléctrico conducido por Memphis mandando a las nubes un remate franco. No tuvo la misma fortuna el Barça. Robó Alaba en el balcón del área de Courtois, abrió Vinicius para Rodrygo, que encontró al central solo en posición de extremo mientras Benzema arrastraba a los centrales y el austríaco resolvió con un zurdazo supremo.

Meritorio en el primer tramo, el Barça pagó su primer despiste. Tocaba ver de qué pasta estaba hecho el cuadro de Koeman, con siete canteranos en su once y varios debutantes en un clásico frente a un rival más experimentado y con solo un español en sus filas. Tuvo Piqué el empate a la salida de un córner, pero giró demasiado el cuello y el balón se fue desviado. También Ansu Fati, que encontró un resquicio donde no cabía un alfiler, aunque se topó con Alaba, un coloso en el escenario que en el pasado vio crecer a su predecesor Sergio Ramos.

Retiró Koeman a Mingueza a vuelta de vestuarios para reforzar el ataque con Coutinho, lo que provocó que Dest se retrasase al lateral diestro con el objetivo de contener las embestidas de Vinicius. Recuperó empuje el Barça y comenzó a aparecer en zona venenosa Ansu Fati. Intentó templar ánimos el Real Madrid, pero el choque se descosía por momentos.

En medio de la agitación pudo sentenciar Vinicius, que se nubló y permitió que Dest corrigiese a tiempo. También Benzema voleando después de que Modric pintase una obra de arte. Dest estuvo cerca de ganarse el indulto tras su clamoroso fallo del primer tiempo con un latigazo desde la frontal del área que salió cerca del travesaño. Envidó Koeman con Agüero por un Ansu Fati todavía falto de ritmo. Oxigenó Ancelotti a su equipo alistando a Valverde, que luego se retiraría lesionado, por Rodrygo.

Agazapados en su área, los blancos especulaban con el resultado.

Pero al Barça le faltaba ritmo en la triangulación y finura en los desmarques. Quedaba el recurso de mandar balones a la olla. Agüero cazó uno pero su cabezazo de marchó alto. Koeman sacó al pertiguista Luuk de Jong. Pero lo que llegó fue una contra del Madrid, gracias a Asensio, que Lucas Vázquez culminó con el 0-2. De nada sirvió el tanto de Agüero.

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