Diario de León
Camavinga, en el centro, celebra su gol frente a la Real Sociedad en el Santiago Bernabéu. RODRIGO JIMÉNEZ

Camavinga, en el centro, celebra su gol frente a la Real Sociedad en el Santiago Bernabéu. RODRIGO JIMÉNEZ

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El Real Madrid asestó un golpe con tintes definitivos a LaLiga Santander (4-1), aumentando a ocho puntos la distancia al Sevilla, con una remontada repleta de contundencia a una Real Sociedad desfigurada, en el mejor ensayo posible para el equipo de Carlo Ancelotti de cara al París Saint-Germain.

Sin sentir la presión de un perseguidor regular. Con la noche europea ante el PSG en la cabeza de todos, el Real Madrid sacó a relucir la mejor de sus versiones en un simulacro de lo que le espera el miércoles en un partido que marcará su temporada. Ante uno de los peores rivales que se podían presentar en el Santiago Bernabéu por la estadística reciente, una Real Sociedad que tenía la fórmula de como ganar en la casa blanca con Imanol Alguacil, pero que traicionó a su identidad tras ver todos los condicionantes a su favor.

Tiene dinamita arriba y lo mostró la única ocasión que pisó área madridista. Llamaba a la presión alta del equipo de Carlo Ancelotti, con balón dormido en pies de Remiro con el objetivo de encontrar espacios que atacar con la velocidad de Isak. Los encontró en su primera incursión y Silva fue derribado por Carvajal, de nuevo pasado de revoluciones en su propia área con un penalti evitable. De nada le sirvió a Courtois adivinar el lugar de lanzamiento de un especialista. Oyarzabal lo ajustó tanto al poste que fue imparable.

Con guión inesperado, el líder debería gastar más energía de las deseada para puntuar. Y no dudó. Reaccionó con rapidez. Con la personalidad y el vigor que le metió al partido Eduardo Camavinga, puro físico con las espaldas cubiertas por Casemiro para soltarse en ataque. Con los brasileños Rodrygo y Vinícius enchufados en las bandas, eléctricos, pidiendo balones y encarando siempre. Hasta Alaba y Militao sumándose al ataque sin rubor.

Lo permitió una Real Sociedad que se parapetó en su terreno y se olvidó de jugar. El balón le quemó y le duró segundos. Con errores graves de Remiro con los pies y de la zaga en el inicio de jugadas. No recibieron castigo pese a los intentos de Casemiro. De cabeza, con disparo lejano y viendo como Le Normand salvaba lanzándose al verde la más clara, cuando se disponía a mandar el balón a la red solo en el segundo palo.

Fue cuando llegó ese momento de rabia que enciende al Bernabéu y le hace soñar de cara al PSG. Cuando se podía pensar que faltaba lucidez en los metros finales, apareció el descaro de Camavinga para soltar un zurdazo desde 30 metros que rozó en Illarramendi y no vio Remiro. No había pasado un minuto y Modric marcaba el tanto de la remontada.

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