Zidane aprieta el acelerador

El Real Madrid completó el tercer entrenamiento después del parón de dos meses debido a la pandemia del coronavirus, en una sesión que empezó a las 9:30 horas CET y que finalizó más tarde que en días anteriores ya que el técnico francés Zinedine Zidane aumentó la carga de trabajo.

Los jugadores volvieron a estar divididos en dos grupos, realizando trabajo individual en el que el balón fue protagonista, según las fotos facilitadas por el club. El serbio Luka Jovic y el hispano-dominicano Mariano Díaz fueron las dos únicas ausencias sobre el terreno de juego.

Ambos trabajaron en el interior de las instalaciones de la Ciudad Deportiva de Valdebebas para recuperarse de sus respectivas lesiones. Al serbio se le diagnosticó «una fractura extraarticular en el hueso calcáneo del pie derecho» el pasado viernes y podría estar de baja en torno a un mes y medio, mientras que Mariano sufre molestias también en el pie derecho, aunque el Madrid no informó de la gravedad de estas.

Por su parte, tanto Marco Asensio, lesionado de gravedad el pasado 24 de julio del ligamento cruzado anterior y del menisco externo de la rodilla izquierda, como Eden Hazard, operado el 5 de marzo en Estados Unidos de una fisura en el peroné de la pierna derecha, completaron el entrenamiento sin problema y siguen avanzando en su puesta a punto de cara al reinicio de la competición liguera prevista para el fin de semana del 13 de junio.

Oferta por Bale

El Newcastle va muy en serio a por Gareth Bale. Los nuevos dueños del club inglés quieren que sea el estandarte del proyecto en el que también estaría Pochettino en el banquillo.

Según asegura Four Four Two, el club británico está dispuesto a pagar 50 millones de euros al Real Madrid por Bale al que mantendrían su actual sueldo que es de 15 millones de euros.

Una oferta que el Real Madrid aceptaría de buen grado porque quiere desprenderse del galés lo antes posible. Algo de lo que Bale es plenamente consciente, pero él sigue empeñado en no salir del Real Madrid con el que tiene contrato hasta 2022.

Camavinga, prioridad

El interés del Real Madrid por Camavinga tiene en jaque al Rennes, un club propiedad del magnate François Pinault, ya de 83 años, que es la tercera fortuna de Francia. Pinault tiene delegada la gestión de la entidad en su hijo François-Henri Pinault. Y ya ha dado instrucciones de que Camavinga es una cuestión de estado. No quiere el magnate que su salida empañe la mejor clasificación histórica del Rennes (el tercer puesto) que le dará acceso a jugar la previa de la Champions. Por otro lado, Pinault no quiere que se repita el ridículo que el Rennes vivió con Dembelé, que fue vendido al Borussia por 20 millones y un año más tarde los alemanes lo vendieron al Barça por 140. El problema es que el interés del Madrid por Camavinga pilla al Rennes en una situación de inestabilidad institucional.