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Fútbol | Primera División

Zidane camina en la cuerda floja

El entrenador del Real Madrid llega señalado al Clásico frente al Barcelona tras las derrotas ante Cádiz y Shakhtar Raúl y Pochettino, posibles sustitutos

Zidane considera que su equipo tiene capacidad para competir por todos los títulos. OLI SCARFF

Zidane considera que su equipo tiene capacidad para competir por todos los títulos. OLI SCARFF

Publicado por
Óscar Bellot
León

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El Real Madrid toca fondo en vísperas del clásico. Las derrotas frente al Cádiz y el Shakhtar Donetsk han disparado todas las alarmas en Valdebebas, otorgando al duelo contra el Barça del sábado un carácter trascendental. La situación es límite y el crédito de Zinedine Zidane, ganado a golpe de títulos, va minando. Hasta el punto de que afloran ya nombres de posibles recambios en caso de que el marsellés no logre revertir la situación y el Barça abra en canal a los blancos, con Raúl González y Mauricio Pochettino como los mejor colocados en las quinielas.

Reinaba un ambiente sombrío en el estadio Alfredo Di Stéfano cuando el serbio Srdjan Jovanovic decretó el final del choque con el que el Real Madrid abrió su quincuagésimo primera participación en la máxima competición continental. No era para menos. Por primera vez, los blancos no lograban ganar como locales en la jornada inicial de la fase de grupos de la Champions, tras una actuación nefasta que les llevó a encajar la mayor goleada de su historia en una primera parte de su torneo predilecto. Nadie ha levantado la ‘orejona’ tras sucumbir en su estreno bajo el actual formato. Otro golpe más a la moral de un equipo que solo ha ganado uno de sus siete últimos envites como anfitrión en la otrora denominada Copa de Europa (el 6-0 al Galatasaray del pasado curso) y que no encadenaba tres derrotas consecutivas en la competición desde comienzos de los ochenta, con Vujadin Boskov en el banquillo.

Han pasado apenas tres meses desde que el Real Madrid celebrase sobre ese mismo rectángulo de juego el título de Liga, pero hoy luce una faz muy distinta. El equipo solidario que hizo del esfuerzo mancomunado su razón de ser en tiempos de anemia ofensiva ha dado paso a un bloque lánguido en el que no hay rastro de la solidez defensiva pero que sigue exhibiendo la misma falta de colmillo que arrastra desde la marcha de Cristiano Ronaldo. Ha perdido el vigor con el que regresó del parón por la pandemia y se ha vuelto vulnerable ante cualquier rival, incluso frente a uno tan diezmado como ese Shakhtar que aterrizó con ocho bajas por la covid-19 pero que voló sobre el tapete aprovechando la carencia de barreras.

Claves del desmoronamiento Zidane se culpabilizó del esperpento. «Yo soy el responsable», dijo el marsellés, que atraviesa uno de los momentos más delicados desde que agarró el timón. El Clásico puede determinar su futuro.

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