En el aire su futuro por la falta de ayudas

Los ganaderos ven con dificultad la subsistencia del sector. A la ya difícil situación de la ganadería en general se suma el recZón y el Ministerio para mantener viva una raza que es un buque insignia, en especial, para Babia y Luna. Bernabé Quiñones es uno de los ganaderos que no ve optimista el futuro a corto plazo. «Este año nos toca seguir peleando pero cada vez es más difícil porque la carne vale menos», explica con pesar. Hasta ahora, recibían 130 euros por cada cabeza que superaba los seis meses, cantidad que «era la vida del ganado». A partir de ahora, tendrán que hacer frente al día a día sin esta subvención mientras «los pastos son caros y el precio de la carne baja». En la actualidad, en la Asociación Española del Fomento del Hispano Bretón hay agrupados unos setenta ganaderos de Babia, Omaña, Laciana y Lillo que suman unas 1.500 cabezas. Recalca que esta asociación nació para impulsar la cría y la comercialización de este tipo de ganado y que esta actividad repercutiera directamente en el desarrollo de estas zonas rurales. Sin embargo, a estos problemas hay que sumar la llegada de carne de fuera, «mucho peor que la de aquí», reconoce. Algo que tampoco les ayuda. «El que la prueba y no le gusta no compra más», asegura este ganadero que afirma que nada tiene que ver con el potro criado en las montañas de León.