Diario de León

La recomendación de... césar F. Buitrón, deportista, corredor y organizador de A ‘Santiago contra el Cáncer’

El lago de babia

ramiro

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León

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Cualquier época del año es buena para visitar Babia, pero ninguna conquista tanto los sentidos como la primavera, un momento para entender la expresión de ‘estar en Babia’ y disfrutar de esa sensación sin necesidad de que nadie explique su significado.

Babia tiene rincones más conocidos que no está de más volver a visitar aprovechando el viaje, pero guarda alguna joya desconocida para la mayoría y que bien vale la pena conocer por lo singular y porque apenas está a una hora en coche desde León o Ponferrada como la Laguna Grande, ideal para una visita familiar y accesible para todas las personas.

Muy cerca de los Lagos de Saliencia y de la Laguna de las Verdes, pero mucho menos conocida, se encuentra la Laguna Grande. Un vestigio de la era glaciar que está en el pueblo de Lago de Babia, un lugar en el que se puede escuchar el silencio, que se encuentra muy cerca y a la que se puede llegar en coche casi hasta el mismo borde del agua.

Llegando desde León, una vez pasado el pueblo de Huergas y después de dejar atrás los prados en los que cuenta la leyenda (o tal vez la historia) que pastó Babieca antes de llevar sobre su lomo al Cid Campeador, se llega a Cabrillanes. Apenas un kilómetro después está la desviación hacia Las Murias y Lago de Babia. Aunque se pueda subir en coche por una carretera estrecha, pero de buen firme, el paisaje invita a dejar el vehículo en Las Murias e iniciar un paseo de poco más de 10 kilómetros (entre la ida y la vuelta).

En los dos pueblos que hay en esa carretera se pueden ver casas tradicionales de la comarca y en una de ellas, en Lago de Babia, un pueblo que puede presumir de haber tenido su propio fuero en el siglo XII, se puede contemplar un escudo de armas del siglo XVII.

Justo donde acaba la carretera, entre las peñas que lo rodean, se esconde la Laguna Grande, un lago glaciar que va menguando con el estío, pero que guarda el encanto de esos lugares sin explotar ni explorar. Para los más deportistas, desde allí se puede seguir ruta monte a través hasta tomar la carretera que sube desde Vega de Viejos hasta el nacimiento del río Sil en la Cueta. Después, tras volver sobre los pasos dados desde Las Murias, no faltarán opciones para recuperar las fuerzas. Para comer o merendar hay decenas de opciones, con la seguridad de que cualquiera de los lugares que ofrece la comarca dejará satisfecho al visitante. Y es que en Babia lo que resulta imposible es comer mal.

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