Diario de León

LA RUTA DE LA SEMANA

Las fuentes del río Tuerto

Aguas de La Cepeda rumbo al Órbigo. De Los Barrios de Nistoso camino a zonas más bajas, la ‘sangre’ transparente del río Tuerto navega a otros escenarios y lo hace cruzando de norte a sur la propia Cepeda y La Vega del Tuerto, con ese tintineo de sus aguas, regando y ofreciendo vida. Y también siendo testigo del paso del tiempo entre pueblos y sus gentes. Y de sus tradiciones.

León

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El agua es fuente de vida. Esa consideración arraigada en la cultura y acervo popular desde los orígenes de la Humanidad ha marcado precisamente el pasado de la civilización, también lo está haciendo en el presente y lo hará en el futuro. Un líquido y rico elemento que en algunos escenarios se ha convertido también en todo un tesoro debido a las sequías cada vez más frecuentes. De las que hasta en zonas hasta ahora más húmedas parece que tampoco se están salvando.

El agua y el río, dos hermanos bien unidos que tienen en La Cepeda y más concretamente en Los Barrios de Nistoso, pedanía perteneciente a Villagatón-Brañuelas un lugar de nacimiento... y una criatura como El Tuerto que a lo largo de poco más de 60 kilómetros transita tierras adelante para unir su ‘sangre’ al Órbigo.

Aguas cristalinas y valiosas que han servido como escenario de vida para miles de personas. Un líquido elemento que es también historia. Y un punto de encuentro entre la naturaleza y el hombre escenificado en una ruta, la de ‘Las Fuentes del Tuerto’ que pretende ofrecer y plasmar una parte de esa riqueza patrimonial al visitante. Auspiciada por el Ayuntamiento de Villagatón-Brañuelas esta ruta de apenas 14 kilómetros recorre de forma circular el nacimiento de tres de las fuentes que en Los Barrios de Nistoso dan origen a este río. Los arroyos Remolinos en Nistoso, y el Refleyu del Rebiján y Ríu en Tabladas nacen a 1.280 metros de altitud de una comarca donde la lengua y la cultura leonesa ofrecen al visitante un potente atractivo. Mediante un agradable paseo se puede disfrutar de esta zona montañosa limítrofe entre las comarcas de La Cepeda y El Bierzo, entre las cuencas del Miño y el Duero.

La ruta, con una dificultad de desarrollo baja, pretende también ofrecer al visitante la opción de disfrutar de tres localidades que conforman Los Barrios de Nistoso en las que la tradición mantiene sus señas de identidad, a pesar de que la población es cada vez más reducida en cuanto a número.

La fauna y la flora ocupan también un papel destacado con su amplia diversidad que se une río abajo desde su nacimiento con las localidades que ven pasar y disfrutan de esa líquida fuente de la vida. Y en su origen con los tres barrios que conforman Nistoso que en la esencia de la lengua leonesa (Villare, Nestosu y Trabadas) reflejan que ese paso del tiempo no ha borrado las señas de identidad. Con un recorrido que alcanza de norte a sur a La Cepeda y La Vega del Tuerto, esta ruta lleva al visitante en su recorrido por las tres fuentes que dan parte de vida y agua al Tuerto a disfrutar de las tres poblaciones pertenecientes a la pedanía de Los Barrios de Nistoso y al Ayuntamiento de Villagatón-Brañuelas. Y su legado patrimonial. En Nistoso, la población más grande poblacionalmente, aún permanecen vestigios de un pasado que en los siglos XVIII y XIX situó a Los Barrios de Nistoso en un papel relevante, en especial, como paso de rutas hacia Las Omañas, León, la propia Cepeda, Asturias y el Bierzo. Entre Villar y Nistoso, a la derecha de la carretera, se encuentra una magnífica y solitaria iglesia, dedicada a Santa Marina. A pesar de la existencia de esta, Villar tiene una propia consagrada a San Juan Bautista y la de Tabladas a Santa María Magdalena de Cerezal.

Entre lo relevante de Nistoso hay que hacer mención a la fabricación de carbón de madera, muy apreciado en los fríos pueblos de la comarca. Los Barrios de Nistoso llegaron a contar con seis molinos harineros, de los que uno de ellos conserva el techo de paja a modo de palloza, y una fragua en Tabladas. En un rincón de Nistoso se encuentra otra estampa con historia, la de una pequeña balsa fruto del agua manada de una fuente excavada en roca viva, ejemplo de lo que fueron capaces de realizar los habitantes de la localidad en siglos pasados. Su población hoy en día no llega a la treintena de habitantes.

Otra de las joyas de Los Barrios de Nistoso y cuna de fuentes que dan vida al río Tuerto es Tabladas. La población, como recoge el Ayuntamiento de Vilagatón-Brañuelas, recoge un apunte importante sobre el origen de esta. Según el Catastro de Marqués de la Ensenada, existía un famoso préstamo, denominado de ‘Tabladillo’, de donde se dice que puede provenir el nombre de Tabladas. En dicho catastro se describe la agricultura y ganadería que allí se daban. También es donde oficialmente se certifica como origen del río Tuerto.

En su día las producciones tradicionales eran centeno, patatas, lino, pastos y hortalizas; la de cría ganado vacuno, cabrío y lanar; la caza de perdices, liebres, lobos, jabalíes y zorros, y la pesca de truchas. Entonces había fabricaciones de carbón de madera e hilazas de lino. También de carbón de brezo, abundante por la zona. A pesar de que cuenta con menos de una decena de vecinos sigue latiendo al son de la historia... y la vida.

Y para cerrar el tríptico de estas poblaciones cuna de un río con historia, la de Villar. Con apenas media docena de habitantes, en Villar, al igual que en Nistoso y Tabladas, quedan importantes muestras de la arquitectura tradicional de la comarca, en muchos casos se conservan en perfectas condiciones; en otros, el paso del tiempo y el abandono han hecho su trabajo. Son numerosas los estudiosos que recorren estos pueblos en busca del estudio de las edificaciones tradicionales.

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