Diario de León

Rigoletto

Las ‘bicipizzas’

Plaza de Don Gutierre. No es un desconocido en la ciudad pero quiere darse a conocer más. Rigoletto lleva desde ayer pizzas, ensaladas, tiramisú y bebidas a domicilio. La novedad es que además lo hace en bicicleta eléctrica. z? POR susana vergara pedreira

Jorge Giganto con una de sus biccis eléctricas para repartir pizzas.

Jorge Giganto con una de sus biccis eléctricas para repartir pizzas.

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León

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Todo empezó por una manía, la que le tiene Jorge Giganto a las motos. Bueno, al ruido de las motos. Será porque su trabajo es de muchos decibelios, en los bares se habla a voz en grito. Será por el lugar en el que vive, una de las calles más ruidosas de León. Y un poco por casualidad. Hace dos años se subió a una bicicleta eléctrica y le gustó la sensación.

La crisis y las ganas de innovar han hecho el resto. Desde ayer, sirve pizzas a domicilio en bicicleta eléctrica en lugar de en las tradicionales motos de los repartidores.

«Se llega igual de rápido o más y es más ecológico. No contamina ni mete ruido», dice Jorge Giganto.

Es el dueño de Rigoletto, la pizzería de la plaza Don Gutierre. Lleva cinco años con el negocio allí. Los cinco peores de la historia económica reciente de este país, dicen. Antes, cuando sobraba la abundancia, estuvo en el primer Rigoletto, el que estaba en el centro comercial Espacio León. Y antes, en el Llar. Allí aprendió el negocio. Entonces era más fácil vender. Casi nadie echaba cuentas.

Dicen que las crisis son época de oportunidades. No para todos, desde luego. A Giganto no le han empequeñecido las dificultades. De entrada, ha creado otro puesto de trabajo. El extra contratado para la temporada estival se queda de repartidor. Con él. Los dos a llevar las pizzas a domicilio.

El pedido mínimo es de 10 euros. Incluye una pizza y una bebida. O una ensalada y una bebida. A elegir entre las que hay en la carta, y refresco, agua o cerveza. «En cristal», especifica el hostelero. «Las latas son para la Coca-Cola y los Kas».

Con tres platos te llevan a casa una botella de vino gratis. O espumosos italianos o Prieto Picudo o un Bierzo. Si se prefiere un caldo de la carta, un Ramón Bilbao, por ejemplo, Jorge Giganto hace un pequeño descuento: 2,5 euros menos por botella.

El pedido puede incluir también tiramisú, tarta de queso (ambos caseros) o helado. Para quien quiere disfrutar de una oferta más variada, forzosamente tendrá que acudir al restaurante.

Los clientes más fieles, los que son como de la casa, tienen un privilegio: pueden pedir a domicilio un plato de pasta o de mollejas, otra de las especialidades de esta trattoria que también cocina a la leonesa.

En el futuro, «si todo va bien», viajará la carta entera en bicicleta eléctrica. Por el momento, el Rigoletto en casa es más recogido. Ni las instalaciones dan para más, ni la gente. Aunque con Giganto trabajan ya 12 personas.

«A ver si acaba ésto». La crisis, se entiende. Pero él ya no piensa apearse de su idea. Las ‘bicipizzas’.

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