Diario de León

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Puebla de Lillo. Un paraíso de senderos

Cuando los prados reverdecen con la primavera, el municipio de Puebla de Lillo ofrece al senderista rutas señalizadas para disfrutar de la naturaleza en floración. Arroyos, picos, zonas boscosas singulares y valles garantizan una jornada en un entorno enmarcado por las montañas majestuosas que confieren a este espacio su encanto diferencial

Entremontañas Educación Interpretación Patrimonio

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León

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Puebla de Lillo se esconde entre montañas y así se convierte en un rincón mágico para todos los amantes del senderismo. Son infinitas las posibilidades que ofrece para los amantes de la naturaleza y ahora, con la llegada de la primavera, los campos y los árboles reverdecen para destacar entre la dureza de la montaña. El municipio cuenta con rutas que nacen de cada uno de los pueblos que lo integran y, además, en Puebla de Lillo hay dos Casas del Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre. En El Torreón y en la denominada El Valle del Porma el turista puede visitar dos exposiciones permanentes sobre el espacio natural que envuelve este municipio de la Montaña Oriental leonesa y conocer su fauna, su flora, la geología o los aspectos más singulares vinculados a su etnografía. En ellas se puede conseguir también toda la información sobre las rutas señalizadas y los puntos de interés del entorno.

La Cervatina, Picos de Mampodre, Entrevados-Valle de Pinzón, Lago de Isoba y Las Biescas son las rutas señalizadas por los parajes de Puebla de Lillo que transitan por caminos, veredas y senderos de dificultad baja o media y preparados para los senderistas.

La Cervatina, Picos de Mampodre, Entrevados-Valle de Pinzón, Lago de Isoba y Las Biescas parten de los diferentes pueblos que integran el municipio de Puebla de Lillo

Uno de los rincones más mágicos del municipio de Puebla de Lillo es el lago de Isoba. La ruta señalizada para llegar a él parte de la gasolinera de Lillo y por un camino forestal en progresivo ascenso se llega hasta una pradera rodeada de bosque hasta llegar al monte Polvoredo donde reinan los robles. El camino conduce al antiguo trazado que empleaban los obreros de Lillo, Cofiñal y Redipollos para llegar a las minas de talco de San Andrés y tras rodear el montículo del Castiltejón se abre un tramo empedrado que conduce a una senda que ladea la caída occidental de la peña de los Niales, desde donde se puede observar la mejor panorámica del lago. Seis kilómetros de recorrido con una dificultad baja y una duración de dos horas.

Otra de las opciones es la ruta Picos de Mampodre, un trazado circular que parte y acaba en la localidad de Redipollos. Un recorrido de 15,7 kilómetros, con una duración de entre cinco o seis horas, y un desnivel de 600 metros. La ruta remonta el valle de Murias y entre otras singularidades transita por un robledal y deja a la vista un impetuoso torrente que sorprenderá al senderista.

De dificultad baja o media, también con trazados circulares y de diferente duración, cada una de las opciones permite adentrarse en un marco naturalen el que disfrutar con todos los sentidos

De Puebla de Lillo también sale la ruta de La Cervatina, que parte directamente de la casa del parque. Un recorrido circular de 13,1 kilómetros de distancia en el que se invierten de media cinco horas y media. El recorrido es ascendente al principio y conduce a un hayedo centenario en el que se recomienda al senderista caminar en silencio para evitar molestar a los animales salvajes. Los arroyos van envolviendo el sendero que concluye ante la ermita de Pegarúas, donde siguiendo un camino a la sombra de las montañas y casi paralelo a la carretera se retorna al pueblo.

La calle principal de Solle se transforma en una pista de tierra que sale del pueblo en dirección al puerto de Linares. Un suave ascenso que lleva a Las Biescas, una masa forestal a la que se llega tras remontar el valle de Valdesolle en un trazado, sin apenas desnivel de seis kilómetros. El tramo finaliza repentinamente en el collado de Orones, donde comienza el descenso para regresar al pueblo.

Entrevados-Valle de Pinzón nace y termina en Cofiñal y pasa también por la localidad de Isoba. En épocas de lluvia cuenta con varias zonas del trazado embarradas, por lo que es recomendable llevar calzado adecuado. Se trata de un recorrido de 14,5 kilómetros, con un desnivel de 350 metros, en el que se suele emplear un tiempo medio de cinco horas. También cruza por un hayedo que en esta ocasión lleva hasta la hoz de Entrevados y al lago de Isoba. El río que le da nombre va salpicando el recorrido con vistosas cascadas.

Las localidades que integran el municipio de Puebla de Lillo, preparadas para la demanda de los esquiadores de San Isidro en invierno, cuentan con todos los servicios para el senderista, desde restaurantes a alojamientos. Pasado el invierno, cuando la nieve ya ha nutrido la tierra y deja ver de nuevo los pastos y las zonas verdes en su máximo esplendor, la primavera da color a todo el entorno con las flores —entre ellas los lirios que dan nombre al municipio— para ofrecer un espectáculo natural en el que el senderista puede perderse para apreciar todas las bondades que ofrece la naturaleza en los parajes que rodean a Lillo.

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