Diario de León

La Casa del Arzipreste

Terapia para almas

Requejo de Pradorrey.. Era la casa del arcipreste y ahora un lugar único. Suavidad en sus habitaciones, relax en su cocina maragata. Un lugar para descansar trescientos años después. . z?. . POR susana vergara pedreira. LA CASA DEL ARZIPRESTE C/ Real s/n (pegada a la iglesia del pueblo) Requejo de Pradorrey 987 60 66 12 - 687 564 043 lacasadelarzipreste.com

La cocina con su horno de adobe, uno de los dormitorios  y otra parte de la cocina decorada con un árbol pintado a mano.

La cocina con su horno de adobe, uno de los dormitorios y otra parte de la cocina decorada con un árbol pintado a mano.

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Por si no bastara el pueblo, su silencio, su paisaje y su paisanaje, si tampoco llegara la tranquilidad con la casona de piedra y madera, si no se recompusieran los cuerpos con la cocina maragata, si los ladridos lejanos de perros y el sonido del badajo contra la campana no apaciguaran los pensamientos, en La Casa del Arzipreste, sí, con zeta, calman almas con su terapia sabia, mezcla de varias culturas, la que perdura en los pueblos y la eterna de Oriente. Aceites esenciales y aromas para recomponer y regenerar, ungüentos para el bienestar emocional.

Se llega a través de la ‘cocina del curandero’. Así llaman a la cocina de la casa. Donde, de siempre, se han arreglado vidas. Al calor del hogar y un buen café. De esa cocina decorada a mano con el árbol del conocimiento se pasa, si se quiere, a la sala de terapia, por si no hubiera bastado con la de la compañía. Luego está el resto de la casa, que contibuye al restablecimiento. Salones soleados por la luz maragata, habitaciones suaves, patios empedrados, escaño en la cocina, horno de adobe...

Se vive bien en esta casa. Normal, fue la del arcipreste. Debería haber estado en Bonillos, que históricamente fue la localidad pujante. O en Pradorrey. Pero, cosas de la historia, y de las disputas, acabó levantándose en Requejo. A mitad de camino. En mitad de la nada, por aquel entonces. Casi adosada a la iglesia. Se hubiera caído si no es por María Cornejo y su familia. La compraron cuando ya casi nadie daba nada por ella. La idea de qué hacer la tenían ya de antes, de sus viajes por la campiña inglesa. Así fue como terminó en casa de turismo rural a la que vienen británicos, belgas y holandeses. Aprecian la riqueza de esta ‘Maragatería pobre’.

La familia Cornejo conservó el nombre de la casa, casi 300 años de piedra bien asentada, de madera, barro, cal y teja. Y mantuvo la z de ‘arzipreste’ porque así aparece en los legajos de 1774.

De sus huertas biológicas y biodinámicas obtienen las delicias para el desayuno, incluyendo los huevos de gallinas criadas en libertad. El resto lo ponen la hospitalidad de María y la naturaleza, de belleza generosa en el lugar donde un arcipreste se vio obligado a levantar su casa. Benditas disputas.

(45 euros + iva, con desayuno)

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