una historia de 40 años

H ace casi cuarenta años que Cesáreo Álvarez se embarcó en una «locura» a la que ha dedicado toda su vida. Tenía tan sólo 27 años cuando abrió su restaurante en una de las múltiples cuevas de Valdevimbre. Fue el primero y creó escuela. Licenciado en Filosofía y Letras, nunca pensó en dedicarse a la hostelería, pero se enamoró del espacio y apostó por mantener vivo un patrimonio heredado. Creó la Cueva del Túnel que, cuatro décadas después, continúa siendo una referencia de la gastronomía leonesa.

La cocina tradicional y la apuesta por el producto local son la base de su éxito. En una zona vitivinícola, el vino es tan importante que no sólo forma parte preferente de la carta, sino también de la propia decoración de la cueva. En un paseo por sus galerías y pasadizos originales, cavados en roca y arcilla, es fácil encontrar algún apero de labranza para el trabajo de las viñas reconvertido en elemento de decoración. También barricas y otros elementos que permiten al comensal saber en todo momento cuál es el origen del conjunto.

La tortilla guisada, que tanta popularidad ha adquirido en el conjunto de las cuevas-restaurante de Valdevimbre nació en la Cueva del Túnel y es uno de los productos que mejor acogida tiene entre los clientes. No obstante, la carta es extensa y exquisita se empiece por donde se empiece. También hay dos menús degustación ideales para, en una sola comida, conocer la esencia de la cueva más antigua de Valdevimbre, que abre todos los días de la semana excepto los miércoles.

«Lo mejor que podemos ofrecer a nuestros clientes son productos de la zona», asegura Cesárea Álvarez. Y en ello están. Embutidos, ahumados, lengua curada, crepes rellenas, puerros de Sahagún, mollejas de lechazo... Y eso sólo de entrada. Hay también una amplia variedad de carnes y pescados y postres caseros de primera necesidad. Entre los vinos reina el Prieto Picudo, como es lógico, pero también hay Bierzo, Rioja, Ribera... Para cualquier paladar.

Con 9 sobre 10 en El Tenedor y 4 sobre 5 en Tripadvisor, son los propios clientes los que avalan la calidad del servicio y el producto de la cueva con más experiencia de Valdevimbre, fiel a su origen pero sin renunciar a la evolución.