La vida en un planeta sin vida

El Munic de Carracedelo ha vuelto a romper los esquemas. Su nueva exposición temporal se aleja de los estándares literarios que se habían establecido en torno a Charles Darwin y Sherlock Holmes —protagonistas de las dos primeros proyectos expositivos— y se adentra en un tema de rabiosa actualidad: El cambio climático y la doble moral de una lucha sin fuerza, de la búsqueda de supuestas soluciones sin un punto de partida bien definido, del querer y no poder o, mejor dicho, del poder y no querer; con una sociedad que parece más centrada en el desarrollo del Metaverso que en cuidar la salud de un planeta real que enferma sin vuelta atrás.

‘Cambio climático. Ahora o nunca’ es el título de la exposición a la que ha vuelto a dar forma la directora del Munic, Silvia Blanco. Un montaje impactante que se puede resumir con una sola palabra: Desolación. «¿Alguna vez te habías imaginado vivir en un mundo prácticamente sin vida?». Esta pregunta planteada por Blanco es la puerta de entrada a la muestra. Es el año 2100. Ahí comienza todo. Nada se ha hecho para evitar la deriva climática y el futuro se presenta con una España víctima de la desertificación, el Ártico sin hielo, inundaciones, olas de calor extremas y frecuentes y especies animales y vegetales del presente extinguidas en el futuro. Este es el panorama catastrófico que se muestra en la Sala Zero del Munic, una invitación directa a la reflexión para cambiar la estrategia.

Otra pregunta sirve de base para el acceso a la Sala 1. ¿Cómo entender el cambio climático?. Esta es la cuestión. Solo comprendiendo realmente lo que pasa se puede combatir. En este espacio, se aborda el impacto de los gases de efecto invernadero, el reto de las energías renovables y el desarrollo de nuevas tecnologías que contribuyan a frenar el calentamiento global. También se hace un repaso breve a la historia de los combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas natural; y se habla de fertilizantes, plásticos y de la producción de cemento, acero o vidrio.

La basuraleza es el tema central de la Sala 2. ‘Salvar los bosques’ es el título del tercer espacio expositivo con el que se encuentra el visitante en su recorrido por el Munic. Colillas, latas, botellas, toallitas, pañuelos y/o envoltorios lo inundan todo y eso queda retratado en la muestra para «concienciar a la ciudadanía de los perjuicios que suponen esos residuos» y propiciar «un cambio en nuestros comportamientos que permita mantener los espacios naturales libres de basura», explicó Silvia Blanco.

En el bosque hay residuos y en el mar también. Y el mar (de plásticos) es el tema central de la Sala 3. Platos, vasos, botellas y bolsas, cubertería, pajitas y más envases. Todo eso termina en el mar y todo eso ingiere la fauna marina. ¿Hay soluciones? Sí, las hay. Y eso es lo que se aborda en la sala final de la exposición con la base de los acuerdos alcanzados en París, en el marco de la convención de las Naciones Unidas sobre cambio climático. Una ventana abierta al público para que aporte sus propias ideas despide al interlocutor.