Diario de León

De viaje a

villarejo de órbigo

La piscina muncipial de Veguellina y la playa fluvial de Villoria se convierten durante los meses de verano en una buena opción para disfrutar del buen tiempo en un entorno natural Este frondoso rincón bañado por las aguas de uno de los emblemas de la provincia ofrece un amplio programa para disfrutar del ocio y el tiempo libre pensado para las familias en un escenario dominado por la naturaleza en el que no faltan el deporte ni la diversión

Más de 3.000 vecinos dan vida al municipio de Villarejo de Órbigo. La naturaleza es uno de sus puntos fuertes, pero también la calma que reina en buena parte del mundo rural.

Más de 3.000 vecinos dan vida al municipio de Villarejo de Órbigo. La naturaleza es uno de sus puntos fuertes, pero también la calma que reina en buena parte del mundo rural.

Publicado por
a. gil
León

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L as tierras que baña el río Órbigo tienen algo especial. Quizás por esa vegetación que suele ir ligada al agua y que otorga al paisaje una inusitada belleza de la que presumir. Porque naturaleza es belleza.

Estébanez de la Calzada, Veguellina de Órbigo, Villoria de Órbigo y Villarejo de Órbigo componen este municipio leonés que tiene mucho que ofrecer al visitante. Su oferta de ocio y sus espacios al aire libre lo convierten en el lugar ideal para hacer una escapada.

En Veguellina, la piscina municipal puede ser una buena elección para pasar las jornadas estivales. Un completo espacio pensado para el disfrute familiar que los lugareños conocen como el polideportivo de Veguellina y que, en un amplio espacio verde, dispone de variedad de canchas para practicar deporte o parrillas para aquellos que elijan quedarse algo más.

Veguellina se convierte en los meses de verano en el escenario de un torneo de street-ball y de otra cita con el voley-playa. Dos disciplinas asociadas al buen tiempo a las que se les ha hecho un hueco y que cuentan, además, con los favores del público.

Pero la naturaleza da para mucho y otro pueblo del municipio, Villoria, cuenta con una piscina fluvial que puede ser una buena elección a la hora de bañarse en un entorno verde. Además, está muy relacionada con el descenso del río Órbigo que une Veguellina y Seisón a través de estas aguas que se han convertido, por derecho propio, en todo un emblema de la provincia. Este curioso recorrido hace una parada en Villarejo, justo en este enclave que es elegido por muchos para pasar una jornada a remojo por sus cuidadas instalaciones y espacios.

Para quienes prefieren disfrutar del arte, el monasterio de Villoria puede ser la clave. Una construcción premonstratense que se reabrió el año pasado tras una larga temporada con sus puertas cerradas. Contaba con cinco religiosas que se jubilaron y ahora lo habitan tres de distintas congregaciones religiosas que han devuelto a la vida a este lugar en el que se vuelven a escuchar los cánticos tradicionales que lo hicieron famoso. La iglesia parroquial de San Miguel arcángel es otra buena opción. De estilo neoclásico, fue reconstruida y luce nuevas campanas.

En Villarejo de Órbigo el motor económico fue siempre la azucarera, todo un símbolo en la zona cuyo cierre supuso una nueva reordenación en los alrededores. Desde entonces la agricultura es el principal medio de subsistencia, además del comercio local, con algunas de las industrias más representativas de esta parte de la provinicia. Cereales, maíz, alfalfa y remolacha, aunque el cultivo de ésta último se ha visto reducido desde el cierre de la fábrica azucarera en la población de Veguellina de Órbigo, son los protagonistas de las extensiones de terreno dedicadas al cultivo. En los últimos años, además, los campos de girasol han logrado cierto protagonismo.

Guardería municipal, escuela de fútbol, colegio, instituto, centro médico o escuela de música son algunos de los servicios que oferece este municipio de alrededor de 3.000 habitantes que ha sabido frenar la acuciante despoblación.

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