Diario de León

La bala en la recámara de la UE: 410.000 millones para sacar a Europa de la recesión

El Mecanismo Europeo de Estabilidad será el prestamista cuando los mercados cierren el grifo de la financiación

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, durante una rueda de prensa.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, durante una rueda de prensa.

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La Unión Europea todavía no ha utilizado toda su artillería financiera para paliar el impacto económico de la pandemia de coronavirus: Bruselas estudia si el Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede), el fondo de rescate de la eurozona, podría intervenir con los 410.000 millones de euros de que dispone para prestar.

La mayoría de grupos en la Eurocámara, sindicatos europeos y académicos piden echar mano de este organismo gestado en la vorágine de la crisis financiera, pero activarlo es políticamente delicado, en buena medida por el estigma que genera una institución asociada a la austeridad y la «troika». Creado en 2010 como medida temporal y establecido de manera permanente en 2012, la función del Mede es actuar como prestamista de último recurso para los Estados cuando los mercados les cierran el grifo de la financiación.

En esa situación se vieron Grecia, Irlanda, Portugal y Chipre, que acabaron siendo rescatados con los fondos que aportan a este Mecanismo todos los socios de la moneda única a cambio de estrictas condiciones económicas y reformas estructurales. En el caso de España, el Mede dio ayuda para recapitalizar la banca. La situación generada por la pandemia de coronavirus, sin embargo, es muy diferente a la que se vivió hace una década y para la que se concibió el fondo.

Todos los países del euro aún pueden financiarse en los mercados y disfrutan de tipos de interés históricamente bajos. Además, este es un choque simétrico, fruto de un evento externo y no de la mala gestión de las finanzas.

Medidas extraordinarias

Ahora bien, aunque a priori no se den las circunstancias para usarlo, el Mede dispone de 410.000 millones de euros (un 3,4 % del PIB de la eurozona) para prestar y de herramientas para hacerlo en un momento en el que la UE se precipita hacia una recesión este mismo año.

De ahí que el Eurogrupo encargase esta semana al fondo estudiar cómo podría contribuir a una repuesta económica que está obligando a tomar medidas extraordinarias. «Tenemos un número de herramientas y varias nunca se han usado. Así que pensaremos si y cómo estas herramientas podrían ser útiles bajo las circunstancias actuales», dijo el director gerente del fondo, Klaus Regling, tras la reunión.

La participación del Mede es reclamada por la mayoría de grupos de la Eurocámara con diferentes matices. «Llamamos a los Estados miembros a tomar más acciones decisivas, incluyendo la posibilidad de crear un instrumento específico dentro del Mede y con reglas específicas para proporcionar financiación adicional a los Estados afectados gravemente por el COVID-19», pedían esta semana los coordinadores económicos del Partido Popular Europeo, los Socialistas y Demócratas, los liberales de Renovar Europa y los Verdes.

El eurodiputado Jonás Fernández, coordinador socialista, propone que el Mede use una línea de crédito obligatoria para financiar un «instrumento de inversión común» de los miembros de la UE, mientras que Luis Garicano aboga por que financie un «bazoka» de 500.000 millones de euros y que las condiciones para recibir ayuda se limiten a invertirla en sanidad, empleo o apoyo a pymes.

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