Diario de León

El BCE está listo para preservar la estabilidad financiera de la zona euro

El gasto de las familias comienza ya a sentir el fuerte impacto del alza de las hipotecas

Christine Lagarde ayer, durante su intervención ante el Parlamento Europeo. STEPHANIE LECOCQ

Christine Lagarde ayer, durante su intervención ante el Parlamento Europeo. STEPHANIE LECOCQ

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La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, subrayó ayer que la institución sigue de cerca la evolución del mercado tras la intervención de las autoridades suizas en ayuda de Credit Suisse y aseguró que el banco central de la zona euro está preparado para responder «según sea necesario».

«Estamos siguiendo de cerca la evolución del mercado y estamos preparados para responder según sea necesario para preservar la estabilidad de precios y la estabilidad financiera en la zona euro», afirmó en su intervención ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo.

Lagarde acogió «con beneplácito» la rápida acción y las decisiones tomadas por las autoridades suizas, señalando que estas fueron fundamentales para restaurar las condiciones ordenadas del mercado y garantizar la estabilidad financiera.

Tal y como ha venido defendiendo en los últimos días, para Lagarde el sector bancario de la zona del euro «es resistente», con fuertes posiciones de capital y liquidez. Y recordó que el conjunto de herramientas del BCE está completamente equipado para brindar apoyo de liquidez al sistema financiero de la eurozona si es necesario y para preservar la transmisión fluida de la política monetaria.

La economía de las familias

La subida de las hipotecas, el incremento de la cesta de la compra y el alza de los gastos básicos de cualquier familia comienza a hacer mella en el consumo que realizan los ciudadanos en su día a día. O, al menos, en todas esas partidas que cada día son más prescindibles ante un presupuesto familiar mermado por la inflación: moda, restauración, etc. La radiografía de las tarjetas bancarias que usan la mayoría de españoles revelan cómo el consumo realizado con esos medios de pago comenzó a descender en la segunda quincena de febrero. Y lo hizo con caídas de hasta el 2% en el caso de la categoría ‘retail’; del 12% en el gasto en transporte; o del 14% en turismo (pagos en agencias de viajes o alojamientos, entre otros).

Es la primera vez desde que se pudo dar por finiquitada la crisis del coronavirus que el gasto de los españoles —reflejado en las tarjetas de crédito y débito— ha disminuido en comparación con el año anterior, según los datos más actualizados proporcionados por CaixaBank Research. Y esa circunstancia tiene mucho que ver con las condiciones con las que tienen que capear a su alrededor que con un problema, por ejemplo, como el empleo. Así lo explican algunos analistas como Rubén Segura-Cayuela, economista jefe para Europa de Bank of America: «Los hogares europeos se están viendo presionados a un ritmo sin precedentes y el crecimiento del consumo real se está volviendo negativo».

«Los consumidores están pagando mucho más por lo mismo y no podemos ser optimistas sobre las perspectivas del consumo en el futuro, ya que incluso cuando disminuya la presión sobre los ingresos reales, la repercusión de la subida de los tipos de interés se dejará sentir», indica el experto.

Estas cifras de menor consumo con tarjeta contrastan con los incrementos del gasto que siguen registrando estos medios de pago cuando se trata de las transacciones registradas en los comercios de alimentación, supermercados e hipermercados. Es decir, en todo lo relativo a la cesta de la compra de cada hogar. En este caso, las tarjetas revelan una subida del consumo del 20% durante los meses de enero y febrero. De hecho, los datos semanales no indican que este gasto haya descendido desde que comenzó el año, ante el impacto de la inflación de los alimentos (su tasa sigue creciendo a un ritmo superior al 15% interanual).

El culpable de esta situación tiene nombre y apellido: el euríbor. La subida exponencial de los tipos de interés aprobada por el BCE desde el pasado verano ha aumentado de forma considerable una parte de las cuotas hipotecarias que pagan las familias. Y lo ha hecho en cuantías que comenzaron a subir entre 60 y 80 euros, pero que ya van a un ritmo superior a los 200 euros en muchos casos.

De hecho, quienes se aventuran a la adquisición de una vivienda tendrán que destinar alrededor del 40% de sus ingresos de media al pago de la cuota hipotecaria. Son casi siete puntos más de lo que dedicaron quienes firmaron un crédito el año pasado, de acuerdo con los cálculos que maneja el sector financiero. El hecho de que la mayoría de las hipotecas firmadas en el último año sean fijas (en octubre el porcentaje sobre el total bajó del 70% por primera vez en meses) sí que amortiguará el impacto del euríbor en los actuales propietarios.

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