El beneficio de Caixabank disminuye un 14% tras destinar 1.000 millones al ERE

Caixabank ha cerrado 2019 con un beneficio neto de 1.705 millones de euros, lo que supone un 14,1% menos que el año anterior. Esta disminución se explica por el impacto que ha tenido el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que aplicaron el año pasado y que supuso la salida de más de 2.000 empleados. Ese proceso ha supuesto un coste de 978 millones, aunque el consejero delegado de la entidad, Gonzalo Gortázar, ha descartado que el grupo vaya a acometer otro proceso similar este año.

El ejecutivo aclaró ayer en la presentación de resultados anuales en Valencia que espera que estas circunstancias sean «excepcionales». «No esperamos más salidas de empleo», explicó Gortázar, aunque Caixabank sí seguirá materializando bajas de trabajadores más ligadas a prejubilaciones o modelos similares voluntarios.

El presidente del grupo, Jordi Gual, ha reconocido que «los tipos suponen un viento de cara en la actividad bancaria» y que la política de intereses en mínimos del BCE seguirá impactando en el resultado del banco. En cualquier caso, Gual destaca que el banco «ha conseguido anticipar los objetivos del plan estratégico» previsto para finales de 2021. En las zonas rurales mantiene un millar de oficinas, que no ha tocado en su plan de ajuste de la red. Y en las urbanas, apuesta por las sucursales más centradas en el asesoramiento personalizado.

Sin embargo, la entidad reconoce que la eficiencia (los gastos sobre sus ingresos) «ha empeorado», según apuntó Gortázar, y «es un tema de mucha atención por parte de la dirección». El objetivo es que los gastos crezcan a menor ritmo que los ingresos. «Tomaremos decisiones para que ocurra», indicó el ejecutivo. Las acciones de CaixaBank cerraron ayer con una subida mínima del 0,15%.