Diario de León

La crisis del ‘low cost’ obligará a las aerolíneas europeas a reinventarse

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josé antonio bravo | madrid

«Las aerolíneas han conseguido democratizar el transporte aéreo y hoy está al alcance de una inmensa mayoría de ciudadanos». La frase de Javier Gándara, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA) -una de sus grandes patronales-, no sorprende a priori, pero esconde la raíz de un grave problema del sector, esto es, las sucesivas guerras de precios que han abaratado los billetes hasta un precio que empieza a no ser soportable para parte de sus operadores, faltos de músculo financiero para sostenerlos.

La estadística lo refleja y los expertos lo ponen en contexto. El inicio de la última gran crisis económico-financiera mundial marcó un antes y un después para todos los sectores, y aunque el transporte aéreo lo acusó más tarde, sus efectos no han sido menores. Más de 125 compañías han desaparecido desde 2010, la mayoría por quiebras y una parte por fusión o integración en otras empresas. En Europa, y solo en el último año, entra en concurso de acreedores (o suspende pagos) una media de una aerolínea cada mes, «principalmente del segmento ‘low cost’ (bajo coste) y especialmente en proyectos con un perfil ‘startup’ (esto es, de nueva creación o poco tiempo)», señala Romá Andreu, profesor de la escuela de negocios EAE.

Entonces, ¿estamos asistiendo ya al agotamiento de ese modelo que se expandió con la crisis? Nadie lo afirma aún, incluso Gándara ve «discutible» valorarlo dado que dos de los cinco grandes grupos de compañías aéreas en Europa están en ese negocio, Ryanair y Easyjet, mientras que el ‘holding’ IAG (en el que son socias Iberia y British Airways) tiene tres filiales de ese tipo (Vueling, Iberia Express y Level). Sin embargo, el primero va a cerrar algunas de sus bases europeas (Canarias y Gerona entre ellas) y los otros dos gigantes han dado marcha atrás en sus proyectos o los han cancelado.

«El modelo no se está agotando», señala el profesor Andreu, «pero sí que algunos de sus operadores están entrando en una fase de madurez que, a nivel operativo y estructura corporativa, les van asemejando más a las compañías tradicionales». Cándido Pérez, socio responsable de Infraestructuras y Transportes de KPMG, va más allá: «Existe una situación de competencia complicada y el mercado empieza a saturarse». De hecho, añade, «todo el sector -‘low cost’ o no- va a tener que volver a redimensionarse».

Y es que la propia dinámica de este negocio en los últimos años, con picos de demanda y una expansión de rutas mayúscula -el número de trayectos intraeuropeos operados por más de una aerolínea se ha disparado un 550% desde 1992 hasta 2017-, ha reducido aún más su músculo financiero en un negocio muy intensivo en el uso de recursos pero con márgenes de beneficio relativamente pequeños.

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