Diario de León

La economía se recuperará en K

La remontada económica será muy desigual por países y dejará fuera a sectores enteros

Imagen de la ministra de Economía y Transformación Digital, Nadia Calviño. KIKO HUESCA

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La recuperación será muy irregular por sectores, países y clases sociales. Esas palabras, repetidas ya hasta la saciedad, ponen en cuestión la remontada de los optimistas, en V; la de los cautos, en logotipo de Nike; la de los precavidos, que anticipaban una recaída o una W; y la de los pesimistas, que avisaban de una crisis perpetua, o de que el gráfico del PIB reproduciría una L. Ahora en la mente de los economistas se ha instalado otra letra del alfabeto: la K, que implica que una parte de la economía remontará (el palito rampante), mientras que el resto continuará deteriorándose (el palito de la K que cae). Y ésa sería una dinámica que alcanzaría a todos los niveles: geográfico, sectorial y social.

Diversidad sectorial

Desde la óptica geográfica, Carlos Ocaña, director general de Funcas, explica que la contracción de España es de las más severas del Viejo Continente y que el riesgo reside en que la brecha entre la economía doméstica y Europa se vuelva a abrir. España se encontraría, por tanto, entre los países que pueden formar parte de la parte a la baja de esa K. Además, esta semana, mientras las previsiones de crecimiento global se han revisado al alza, las domésticas se han corregido a la baja. Por sectores, según Funcas, si el crecimiento del 11,5% previsto para el tercer trimestre supondría la recuperación del 40% de la actividad perdida hasta junio, en los servicios más afectados la cifra apenas sería de un 13%, frente al 75% que habría remontado el resto de la economía. Lo mismo pasa con el empleo. Según el Banco de España su recuperación es heterogénea: «Las ramas de servicios de mercado se encontraban en agosto más lejos de volver a su nivel de empleo de un año antes que el sector industrial y, sobre todo, que la construcción». El organismo abunda más: en la industria también se ha registrado una gran heterogeneidad por ramas de actividad: así, si ha habido un relativo dinamismo en la automoción y en el sector farmacéutico, la confección de prendas de vestir se ha quedado atrás. Matilde Mas, directora de proyectos internacionales del IVIE, no es tan categórica al hablar de sectores —porque dice que los más débiles pueden contar con empresas ganadoras—. Pero sí señala que los tecnológicamente más avanzados, los que de verdad han funcionado con el teletrabajo, están entre los ganadores, y señala entre ellos al comercio electrónico, pero también incorpora a las grandes cadenas de distribución y a las empresas que exportan al norte de Europa, donde la pandemia ha tenido menos incidencia.

Inevitabilidad y dilemas

Mas, sin embargo, cree que tienen peores perspectivas los sectores que generan empleo poco cualificado. De ello se deriva, advierte, un previsible incremento de la desigualdad social: la coyuntura premiará a los empleos más cualificados de los sectores punteros y castigará a los trabajadores que ya eran más vulnerables. Y avisa de otra consecuencia: una mayor concentración empresarial y un aumento del poder de monopolio -respecto de los consumidores- y de monopsonio -respecto a los trabajadores-

La recuperación en K no es irremediable. Se pueden tomar medidas y Mas anima a ello. Señala que, dado que España es especialmente vulnerable a la pandemia, habría que poner todos los medios para reducir su incidencia. En una situación como la actual, cabe el surgimiento del dilema de si hay que apoyar a la economía rampante o a la que cae, para evitar que se desplome. Juan Carlos Ureta, de Renta 4, comenta en un artículo que la recuperación en K refleja «una bifurcación extrema entre la parte de la economía que se va a reactivar y la que está condenada a la desaparición o a la irrelevancia en el futuro post pandemia».

Transformación positiva

Ureta valora que la covid-19 actuaría como acelerador de una transformación «muy positiva», dinamizando las transformaciones disruptivas que ya se dibujaban. «La pandemia activaría una serie de inversiones que eran muy necesarias para la economía del futuro, entre ellas, pero no solo, las tecnológicas, unidas a la digitalización y las de investigación médica para prevenir o combatir futuras pandemias», concluye. Siendo esto así, Mas insiste en que se ha de hacer realidad el lema «no dejar a nadie atrás», porque la desigualdad y el descontento social pueden alimentar la desestabilización política.

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