Diario de León

Las familias vuelven a endeudarse con crédito fácil para sobrellevar la inflación

El volumen de los préstamos ‘revolving’ vuelve al nivel previo a la pandemia

Los precios de los frescos no han dejado de subir desde el principio de la guerra. LUIS MILLÁN

Los precios de los frescos no han dejado de subir desde el principio de la guerra. LUIS MILLÁN

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El ahorro acumulado durante la pandemia no está siendo suficiente para que las familias españolas hagan frente a la subida de precios derivada de la crisis energética.

Con una inflación disparada al 10,8% en julio, los hogares con menores tasas de ahorro han apostado en los últimos meses por incrementar su endeudamiento como fórmula para encarar mayores gastos, con un notable aumento del crédito al consumo en el que productos como minicréditos, préstamos fáciles o tarjetas ‘revolving’ vuelven a ganar protagonismo. Sorprende especialmente la evolución al alza de estos últimos, tras años de mucha litigiosidad que redujeron de forma notable su presencia en el escaparate bancario.

Los datos del Banco de España reflejan cómo el importe de las nuevas operaciones de los créditos ‘revolving’ alcanzó en junio los 11.419 millones de euros. Una cifra que supone un 13,5% más respecto a los 10.000 millones de diciembre de 2021. El dato supera, además, todos los volumenes que mes a mes se registraron el año pasado. Y también los 11.395 millones que este tipo de préstamos suponía en febrero de 2020, justo antes del estallido de la pandemia y de la sentencia clave del Tribunal Supremo que calificó de usurarios los tipos de interés aplicados por estas tarjetas que fuesen «notablemente superiores al interés normal del dinero».

Las ‘revolving’ son un tipo de tarjeta en la que el usuario dispone de un límite de crédito determinado, que puede devolverse a plazos, a través de cuotas periódicas.

Según informan desde el Portal del Cliente Bancario del Banco de España, estas cuotas pueden establecerse bien como un porcentaje de la deuda existente, o bien como una cuota fija. Pagos periódicos que el cliente puede elegir y cambiar dentro de unos mínimos establecidos por la entidad. Su peculiaridad reside en que la deuda derivada del crédito se ‘renueva’ mensualmente. Es decir, disminuye con los abonos que se hacen a través del pago de las cuotas, pero aumenta mediante el uso de la tarjeta (pagos, reintegros en cajero, etc), así como con los intereses, las comisiones y otros gastos generados que se financian conjuntamente.

Esta característica tiene sus consecuencias. Por una parte, si se paga una cuota mensual baja respecto al importe de la deuda, la amortización del principal se realizará a un plazo muy largo, lo que puede derivar en que se tengan que pagar muchos intereses que van engordando como una auténtica bola de nieve en el tiempo.

El problema es que esos intereses que se aplican son, de base, mucho más elevados que los de los créditos personales habituales, pudiendo generar deudas finales imposibles de pagar por los consumidores. En febrero de 2020, antes de la primera sentencia del Supremo, el tipo de interés medio que las entidades aplicaban a las ‘revolving’ se situaba en el 19,8% y, tras el fallo, bajó casi un punto hasta el 18,9%.

A cierre de junio, últimos datos disponibles, los tipos aplicados rondaban el 18,15% de media, según el Banco de España.

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