Diario de León

El golpe de la inflación hunde la riqueza financiera de las familias

Los hogares retiraron 4.000 millones de sus ahorros en efectivo y depósitos en el tercer trimestre

La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, ayer en una visita a Castellón. DOMÉNECH CASTELLÓ

La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, ayer en una visita a Castellón. DOMÉNECH CASTELLÓ

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Ha sido un año de extrema dureza para las economías familiares, desbordadas por una elevada inflación ante el alza de los precios energéticos y más recientemente de los alimentos, que ha encarecido la cesta de la compra a una velocidad de vértigo. Un entorno que no solo ha mermado el poder adquisitivo de los hogares, obligados a reajustar su presupuesto, sino que también ha supuesto un duro golpe para su riqueza financiera, aquella que refleja la diferencia entre las deudas y el ahorro que se atesora en activos como depósitos, efectivo, fondos de inversión, seguros, acciones, deuda, etc.

En concreto, y según las Cuentas Financieras de la Economía Española publicadas el miércoles por el Banco de España, la riqueza financiera de los hogares registró un sonoro descenso del 2,1% en el tercer trimestre de 2022, coincidiendo con el pico del IPC que se alcanzó en julio en el 10,8%. En términos absolutos, los hogares pasaron de contar con 1,899 billones de euros a finales de junio a 1,858 billones a cierre de septiembre.

El ritmo de caída es mucho más abultado que el registrado en periodos anteriores. Y engorda el descenso en el acumulado del año al 3,84%, pues a finales de 2021 la diferencia entre activos y pasivos financieros se situaba en 1,933 billones de euros.

Préstamos

En este cálculo hay que tener en cuenta tanto los niveles de deuda como los de los activos en cartera. Por un lado, el pasivo de las familias se incrementó ligeramente respecto a finales de 2021, pero en términos trimestrales se moderó desde los 772.997 millones de euros de julio a los 759.777 millones de septiembre. De esa cifra —similar a la de antes de la pandemia— 707.528 millones correspondían a préstamos, de los que 673.903 millones eran a largo plazo. Es decir, fundamentalmente para la compra de vivienda. A corto plazo -pueden incluirse los préstamos al consumo- la cifra superó los 33.600 millones de euros.

En ambos casos, el dato fue inferior al del segundo trimestre, pero seguía superando el del ejercicio anterior. Más allá de las deudas, lo que ha inclinado de forma definitiva la balanza de la riqueza a la baja ha sido la pérdida sufrida por el dinero atesorado en activos financieros, que cayó de una forma mucho más pronunciada. En concreto, desde los 2,67 billones de euros en los que se había mantenido durante la primera mitad del año hasta los 2,618 billones de euros, muy lejos también de los 2,694 billones que se registraban a cierre de 2021.

Este descenso refleja además el impacto del mal comportamiento de los mercados financieros en un año en el que las pérdidas han sido generalizadas, tanto para la renta variable como para la renta fija. En concreto, la caída se debe a una pérdida (revalorización negativa) de 63.300 millones de euros, que pesó más que la adquisición neta de activos, que ascendió a 50.400 millones.

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