Diario de León

El hundimiento de los tipos desmonta los cálculos de las hipotecas fijas

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j. m. camarero | madrid

Si una pareja quería contratar una hipoteca a tipo fijo a principios de 2015 tenía que asumir un interés medio del 5,3%. Era una cuota más cercana a los años de la burbuja inmobiliaria que a los de la entonces incipiente recuperación tras la crisis. Hoy, esa misma familia pagaría un 3% por contratar ese crédito. Esto es, casi la mitad en intereses. Si la opción hubiera sido la hipoteca variable hace cuatro años, habría iniciado la operación al 3,2%; si lo hiciera hoy, comenzaría a amortizar con un tipo del 2,2%, según el Banco de España. Durante 2015 las hipotecas fijas no alcanzaban el 10% de todas las que se firmaban; y en 2019 representan ya el 44%, según los últimos datos del INE.

La evolución del coste de ambas modalidades de crédito refleja el impulso que han recibido las hipotecas cuyas cuotas se mantienen intactas durante toda la vida en detrimento de las revisables año tras año.

Porque los intereses «tienen que subir». Al menos en teoría. Desde que las hipotecas fijas comenzaron a ganarle terreno a las variables ante el temor de que el euríbor comenzara a repuntar tras introducirse en terreno negativo, ninguno de los peores escenarios planteados se han materializado. Cuatro años después de aquel inicio del crecimiento de la contratación de las fijas, los tipos de interés oficiales siguen en el 0%; la tasa que cobra el Banco Central Europeo (BCE) a las entidades por sus depósitos continúa en el -0,4%; el euríbor ha llegado a rozar el -0,4%. Y, lo más relevante: no hay expectativa alguna que marque una subida de los tipos de interés, al menos a medio plazo.

Más datos

El presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, apuntaba esta semana que la curva de tipos (el gráfico que muestra el precio del dinero a corto, medio y largo plazo) «habla de ocho años de tipos muy bajos». «Una anomalía que era temporal se ha convertido en algo casi estructural», admitía Roldán. Quien contratara una hipoteca fija hace cuatro años (125.000 euros a 25 años) estaría pagando, de media, unos 750 euros al mes. Esa sería la cuota a abonar comprometida por ese cliente para toda la vida de la hipoteca en aquel momento. Hasta hoy, habría desembolsado unos 25.900 euros en intereses y amortizado 10.700 euros de su deuda con la entidad. Si hubiese optado por la variable, habría pagado 605 euros durante el primer año; 580 el segundo; 575 el tercero; y 560 euros el cuarto. En total, 12.800 euros en intereses y 17.500 de capital. Las diferencias de resultados que muestran una y otra opción decantan la balanza por quienes en aquel momento habían apostado por las hipotecas variables. Eso sí, con muchos matices.

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