La pobreza laboral se redujo con la subida a 900 € del salario mínimo
La tasa de riesgo de empobrecimiento baja hasta el 12% entre los ciudadanos ocupados
Yolanda Díaz durante el acto de homenaje de Estado a las víctimas de la pandemia. EMILIO NARANJO
Los datos de la última Encuesta de Condiciones de Vida, publicada ayer por el INE, refleja cómo los datos relativos al mercado de trabajo en 2019, cuando el Gobierno aprobó la primera gran subida del salario mínimo interprofesional (SMI) de un 22 por ciento —hasta 900 euros al mes)— mejoraron el nivel de ingresos de los trabajadores, sobre todo en lo relativo a la desigualdad y la pobreza.
Entre otros registros, la estadística del INE indica cómo la renta mediana por persona (el nivel de sueldo que tiene tantos individuos por encima como por debajo) alcanzó la cifra más elevada de la serie histórica situándose en 16.043 euros, un incremento anual del 6,8%.
También se observa una reducción del índice de Gini de 1,1 puntos hasta situarse en el 32,1, el valor más bajo de los últimos 13 años. Este indicador calcula la tasa de riesgo de pobreza, que entre los ciudadanos ocupados se ha reducido en 1,2 puntos hasta el 12%, el valor más bajo desde 2012, en la anterior crisis económica.
Fuentes de la negociación del diálogo social valoran que estas reducciones en los dos principales índices de la desigualdad está relacionada directamente con la subida del salario mínimo hace ahora dos años. Los datos suponen, indican estas mismas fuentes, un espaldarazo a la pretensión que tienen tanto los líderes de los sindicatos CC OO y UGT, como una parte del Gobierno, encabezada por la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, para acometer lo antes posible un nuevo alza.
La cuestión está en la mesa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que será quien tenga la última palabra sobre una medida sobre la que la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, se ha pronunciado en contra, al menos por ahora, hasta que se asiente la recuperación económica.
Tampoco la patronal avala esta medida, en estos momentos, al indicar que puede poner en riesgo la incorporación de nuevos trabajadores al mercado laboral y sí que provocaría la destrucción de empleo.
El miércoles, el mismo día en que los sindicatos salieron a la calle para exigir que se abra la mesa de negociación para establecer la senda de subida, Calviño lanzó un jarro de agua fría «Ahora no es el momento», dijo.
La vicepresidenta primera ya impuso su criterio a la hora de congelar el sueldo más bajo en los 950 euros en enero. Indicó que el prioridad del Gobierno ahora es la reincorporación de los trabajadores en erte (por debajo de los 400.000) y que no se deben, por tanto, tomar decisiones que puedan dificultar este camino. «En la segunda parte del año veremos cómo evoluciona el mercado laboral», apuntó en referencia al SMI.