Diario de León

El virus y la falta de ayudas ponen en peligro 38.000 tiendas de ropa

Tras caer su facturación un 40%, las restricciones y el mal tiempo frustran las rebajas

Rebajas en una tienda de ropa. MARCIANO PÉREZ

Rebajas en una tienda de ropa. MARCIANO PÉREZ

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«Desastroso, no ha podido empezar el año peor». Así de crudo se ha mostrado en su último análisis la Asociación Empresarial del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex) que preside Eduardo Zamácola, quien ve el futuro bastante negro para el sector, visto, además, que vienen de un ejercicio especialmente duro por la pandemia.

Y es que si la hostelería lo está pasando realmente mal, al negocio textil sólo le han salvado de un desastre mayor las ventas digitales. Hasta el verano pasado, según los últimos datos de la Comisión Nacional de los Mercados (CNMC), lideraban la clasificación por compraventas electrónicas, con una cuota del 7,4% del total, cuando doce meses atrás ni siquiera estaban en las cinco primeras posiciones. «Hoy en día, los compradores de moda ‘online’ son una tercera parte de la población del país —señala Albert Serrano, director general de Veeepee (uno de los grandes operadores en ese ámbito) en España— y representan el 55,7% de los usuarios de e-commerce».

Pero aunque el 95% de las tiendas de moda en España están presentes en internet, para gran parte de ellas las ventas digitales solo representan un 5% de su negocio, puntualiza Serrano. Es decir, que la peor parte se la volverán a llevar una vez más los pequeños.

NO ES UNA PRIORIDAD EN PANDEMIA

«La moda no ha entrado dentro de las prioridades de los consumidores durante esta pandemia», explica Rosa Pilar López, directora del panel ‘Fashion & Beauty’ en la consultora especializada Kantar, quien apunta dos razones principales: el aumento del teletrabajo ha hecho prescindible su adquisición y, en otros casos, la gente «se ha dado cuenta de la cantidad de ropa que tenía en sus armarios», sin olvidar que la propia crisis económica crea inseguridad sobre sus ingresos.

Por todo ello el sector tenía muchas esperanzas de atisbar cierta recuperación en esta campaña invernal de rebajas, que en la actividad textil puede suponer hasta la mitad de su negocio anual según los casos. Los datos de Acotex indican que el primer fin de semana de rebajas suele ser también el mejor fin de semana de ventas, llegando a sumar el 25% de la facturación del ejercicio.

Pero eso parece haber pasado a la historia. Al menos en un enero de tormenta perfecta contra los intereses del sector. Por un lado, las restricciones sanitarias por una tercera ola de la covid-19 desbocada que ha reducido, incluso eliminado en algunas comunidades, las franjas comerciales salvo para productos esenciales. Por otro, los efectos devastadores del temporal Filomena frustraron muchas compras. Sólo en Madrid se estimaron 150 millones de pérdidas en el textil en ese fin de semana.

Si 2020 tuvo una caída en ventas del -39,8% —el gasto medio por comprador, según Kantar, bajó de los 600 hasta los 450 euros—, el primer mes de 2021 terminó con un desplome interanual del -53,2%, y ello contando con muchas operaciones cerradas con descuentos agresivos que se han comido buena parte de los márgenes. El gasto medio en rebajas ha bajado un 30%. Llevado a ingresos, el sector redujo su facturación el año pasado en 7.230 millones de euros hasta quedar en cerca de 10.850 millones —la producción de prendas de vestir cayó además un 26,5%, según el INE—, cifra desconocida en lo que llevamos de siglo pues en lo peor de la crisis anterior no bajó de los 15.850 millones (2013).

2.000 MILLONES MENOS

Las estimaciones que hacen en Acotex es que el sector habría dejado de ingresar en enero dos tercios de la facturación prevista para toda la campaña de rebajas, que se acerca a los 3.000 millones. Y con esos 2.000 millones que no entraron en caja la lista de cierres puede dispararse. La patronal estima que tras el confinamiento forzoso de 2020 el 15% de las tiendas de ropa y complementos no abrieron. A lo largo del año se les unió otro 8%, lo que supuso 14.235 locales clausurados (2019 finalizó con 61.891 tiendas en activo, según la patronal). Zamácola cree que ahora están en riesgo casi el 50% (otros 23.800) de los que quedan, por falta de liquidez para encargar nuevo producto (antes la campaña de rebajas les permitía financiar las campañas siguientes). Así, la pandemia puede acabar con más de 38.000 tiendas —las grandes cadenas han acelerado sus cierres por razones estratégicas— y, con ellas más, de 100.000 empleos.

«El pequeño comercio tiene ya poco músculo financiero para aguantar, sobre todo cuando no está claro que haya ayudas para ellos», apunta Rosa López (Kantar). El presidente de Acotex incide en ello: «Ya no nos valen moratorias en los impuestos o en las cuotas sociales, necesitamos su condonación». «Hace falta liquidez y no más endeudamiento», insiste Zamácola, quien pide primero una solución para el pago de los alquileres comerciales.

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