Diario de León

La zona euro concluye 2021 con la inflación disparada hasta el 5%

El alza de diciembre fue superior a noviembre y refrenda la moderación del BCE con los tipos

Los precios de los alimentos frescos se dispararon en diciembre el doble que el de los servicios. SÁSHENKA GUTIÉRREZ

Los precios de los alimentos frescos se dispararon en diciembre el doble que el de los servicios. SÁSHENKA GUTIÉRREZ

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La subida imparable de precios en todas las economías de la zona euro continuó sin dar tregua a finales de 2021. La tasa de inflación interanual del conjunto de países de la divisa común se situó el pasado mes de diciembre en el 5%. Supone el mayor incremento de la cesta de la compra en el conjunto de las 19 economías de toda su historia. No ha habido una etapa con tantos incrementos interanuales como los derivados de la salida de la crisis tras la pandemia, influidos de forma determinante por los costes energéticos.

Sin embargo, el dato definitivo de diciembre, calculado por Eurostat, ofrece un atisbo de esperanza para un Banco Central Europeo (BCE) que ha mantenido la idea de que la inflación es un problema temporal que estructural. En diciembre, los precios europeos subieron una décima por encima de lo que lo hicieron en noviembre. El dato no implica que el riesgo se haya diluido, pero puede ser un inicio de moderación que durante la primera parte de este año se consolide en cotas más cercanas al 2% que las actuales del 5%.

En cualquier caso, la escalada de los precios de la zona euro en diciembre responde a la subida interanual del 4,6% del coste de los alimentos frescos, frente al 1,9% del mes anterior, mientras que la subida del precio de la energía se moderó al 26% desde el 27,5% de noviembre. A su vez, los precios industriales no energéticos aumentaron en diciembre medio punto porcentual más que en noviembre, hasta el 2,9% interanual, mientras que los servicios se encarecieron un 2,4%, tres décimas menos que el mes anterior.

Al excluir del cálculo el impacto de la energía, la tasa de inflación interanual de la zona euro subió al 2,8% desde el 2,5% del mes anterior, mientras que al dejar fuera también el efecto de los precios de los alimentos frescos, el alcohol y el tabaco, la tasa de inflación subyacente se mantuvo en el 2,6%, repitiendo por segundo mes consecutivo la lectura más alta de toda la serie histórica.

Entre los países de la eurozona, las mayores subidas interanuales de los precios correspondieron en diciembre a Estonia (12%), por delante de Lituania (10,7%) y Letonia (7,7%), mientras que los incrementos más moderados se registraron en Malta (2,6%), Portugal (2,8%) y Finlandia (3,2%).

En el caso de España, la tasa de inflación armonizada se situó en noviembre en el 6,7%, lo que implica un diferencial de precios desfavorable respecto de la zona euro de 1,7 puntos porcentuales, frente a las seis décimas del mes de noviembre.

Cualquier cálculo ha sido errático porque nunca en las últimas cuatro décadas el IPC de un mes a otro había escalado 1,2 puntos, como ha sucedido de noviembre -cuando ya registró un histórico 5,5%- a diciembre. Se trata de un nivel que no se veía desde 1992. Encadenó además su duodécima tasa positiva consecutiva y es el noveno mes en que acaba por encima del 2%, la referencia del banco central.

Dos posturas distintas

A pesar de este contexto, que afecta a toda la economía europea, la posición del BCE no pasará por subir los tipos de interés, como sí ha anunciado ya la Reserva Federal en Estados Unidos. Fránc insiste en que no subirá tipos en 2022, a pesar del giro de otros bancos centrales por la inflación. La presidenta de la institución monetaria, Christine Lagarde, indicó a mediados de diciembre que continúa siendo poco probable que la institución suba los tipos de interés en 2022, a pesar de la «significativa» revisión al alza de los pronósticos de inflación para la eurozona que ha anunciado la entidad, que se desmarca así del tono adoptado por la Reserva Federal de Estados Unidos y del Banco de Inglaterra, que ha adoptado este jueves su primera subida del precio del dinero desde 2018. «Sigue siendo bastante improbable que subamos los tipos en 2022, pero nos guiamos por los datos», indicó.

Caso distinto es el de la Reserva Federal en Estados Unidos. Con una inflación en el 6,8%, el organismo monetario está cada vez más dispuesto a anticipar la subida de tipos anunciada en diciembre por su creciente temor a que la inflación de pase a ser más estructural que temporal, como inicialmente pensaba.

La institución presidida por Jerome Powell no solo va a comenzar a acelerar el proceso de recorte en las compras de deudas. Sino que, además, tiene previsto acometer hasta tres subidas.

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