Más difícil y más caro también

El momento álgido de las tan esperadas vacaciones veraniegas, un escape quizá este año más deseado que nunca, arranca con dificultades no sólo sanitarias. A las restricciones generalizadas con las que se trata de poner freno a la expansión de la quinta ola se suma además una subida de precios de cuestiones básicas para la movilidad que viene a poner más piedras en el camino del anhelado descanso.

Ahí está por ejemplo el incremento de precio que han sufrido en las últimas semanas los combustibles, y que hacen que agosto y la gran operación veraniega dispare el coste de las familias como en los mejores momentos de expansión económica. Tráfico espera para el mes que ahora comienza 48 millones de desplazamientos en el país. El precio de la gasolina es hoy un 21% más caro que hace un año; y el diésel cuesta casi un 19% más que en agosto pasado. Llenar el depósito cuesta entre 13 y 11 euros más, pese a que las dificultades económicas se han agudizado en los últimos meses. Las vacaciones imponen prudencia. No sólo al volante.