Diario de León

A Fondo

La jornada electoral, sin cuarentenas y con 125.000 votantes vulnerables

El protocolo contra el covid para el 13-F recomienda a los mayores y positivos acudir temprano

dl3p2g1

dl3p2g1

León

Creado:

Actualizado:

La pandemia marcará el desarrollo de la jornada electoral del 13-F, que estará sometida a un protocolo preventivo para minimizar los riesgos, sobre todo cuando los positivos rompan la cuarentena de siete días y acudan a votar a primera hora de la mañana si es que siguen las recomendaciones de la Junta, que no ha establecido para los contagiados medidas específicas, más allá de algunos consejos. Los comicios autonómicos convocan en la provincia a 426.066 electores —125.455 tienen más de 65 años y 11.311 superan los noventa—. Muchos tendrán que desplazarse para ir a una de las 726 mesas que estarán repartidas por León, 500 menos que en la anterior cita electoral, la de 2019. Habrá autobuses, aunque todavía no se han definido todas las rutas. En más de mil pueblos no pondrán ninguna urna.

Tampoco hay limitaciones para los contagiados por covid, a pesar de que las autoridades sanitarias obligan a una semana de aislamiento. Podrán saltárselo porque el sufragio «es un derecho fundamental», como justificó el consejero de la Presidencia, Ángel Ibáñez, cuando explicó las medidas y recomendaciones que ha trasladado Sanidad para ese día.

Protección

Los miembros de las mesas llevarán mascarilla FFP2 y guantes; estarán a metro y medio del compañero

Aconseja a los positivos, que no tienen más obligaciones que el resto, que vayan a votar a primera hora, al igual que las personas con movilidad reducida o los mayores de 65 años. Preferiblemente entre las diez de la mañana y las doce del mediodía, cuando es más fácil evitar las aglomeraciones, uno de los principales riesgos, especialmente en los interiores.

Deben llevar la papeleta y el sobre cerrado de casa, aunque, de momento, tienen total libertad en ese sentido «gracias al avance de la vacunación», que permite, según entienden los responsables públicos, suavizar las restricciones, algo que no ocurrió en los comicios de Cataluña o más recientemente en los de Madrid, donde sí se establecieron horarios y controles específicos para los contagiados. No obstante todavía hay más de 21.000 personas en cuarentena, aunque lo previsible es que el próximo 13 de febrero el número de infectados remita.

Ante esto, Castilla y León apela a la responsabilidad individual de los ciudadanos y lo hace a través de una serie de medidas en «materia de salud pública frente al covid», tanto de carácter general como individual, que fijan las principales limitaciones. Incluso se han puesto por escrito las condiciones de los locales electorales, que «deberán permitir las distancias mínimas —un metro y medio—» entre todas las personas que accedan a los colegios. Además tiene que haber un itinerario diferenciado de entrada y de salida para evitar el contacto entre los electores y, si es posible, las ventanas y las puertas estarán abiertas para favorecer la ventilación, siempre que no se generen corrientes que lo impidan.

Si no habrá que renovar el aire cada tres horas. También sugieren que el interior de los locales «sea lo más diáfano posible» y que se retiren todos los elementos que no resulten indispensables. «En el uso de las escaleras se evitará el contacto con los pasamanos, manillas, pomos o similares», señala el documento de Salud Pública para garantizar la seguridad de los votantes, miembros de las mesas e interventores durante las elecciones autonómicas, que por primera vez no coinciden con las municipales, lo que genera muchas dudas sobre los índices de participación. En las anteriores la abstención en la provincia alcanzó al 32,27% del censo, que en mayo de 2019 contaba con 435.323 electores, 9.257 más que ahora por el claro retroceso demográfico que afecta a León.

También es la primera vez que los ciudadanos que asuman funciones en las mesas electorales tengan que someterse a las directrices del protocolo específico que se ha diseñado para prevenir los contagios en una jornada electoral que coincide con la sexta ola de la pandemia, que ya muestra síntomas de remisión.

Hay más consejos que obligaciones. De hecho las restricciones son prácticamente las mismas que imperan en la hostelería o en el transporte público. «Los miembros de la mesa no tocarán el sobre»; tampoco podrán quitarse la mascarilla los votantes, que colocarán su carné en una bandeja, boca arriba, para que se les pueda identificar antes de que depositen su papeleta. Además, tan solo «podrá haber una persona frente a cada urna, a excepción de quien necesite asistencia».

En la misma línea, desde la Consejería de Presidencia, encargada de diseñar el dispositivo, recomiendan a los partidos políticos que «no haya más de un interventor por candidatura». El recuento se hará con guantes, a metro y medio del compañero. La Administración autonómica dotará a cada miembro de la mesa de dos mascarillas FFP2, de una caja de guantes desechables, de gel hidroalcohólico, desinfectante para superficies, toallas de papel y una bolsa para depositar los residuos, además de bridas, tijeras y celo para «colocar los carteles informativos que contengan las indicaciones de seguridad».

Hay que tener en cuenta que un tercio de los votantes supera los 65 años y, por lo tanto, es población de riesgo, a pesar de que la gran mayoría ya cuenta con la tercera pauta de la vacuna puesta y la incidencia del virus, que se disparó tras las navidades, ha caído en los últimos días, una tendencia que debería mantenerse hasta el domingo 13 de febrero, cuando se abren las urnas y se pondrá a prueba el protocolo covid que ha preparado la Junta para que los comicios se desarrollen con normalidad a pesar de que coinciden con la sexta ola de la pandemia.

En la comunidad, más de 33.000 personas participarán en la jornada, incluidos los efectivos de las policías locales y de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, además de representantes de la administración, secretarios de ayuntamientos o jueces de paz.

tracking