Diario de León

Mañueco: "Un gobierno en solitario es lo que me gustaría"

El PP logra una victoria mínima y crece sólo dos procuradores en las Cortes de Castilla y León Vox se consolida con 13 El PSOE pierde las elecciones y pasa de 35 a 28 Cs se descalabra y se queda con un único procurador de doce u La UPL rompe su techo y logra tres escaños Podemos pierde la mitad de sus representantes Soria Ya entra con tres

Alfonso Fernández Mañueco a su llegada al Hotel Alameda Palace de Salamanca tras conocer el resultado de las elecciones del 13-F. JM GARCÍA

Alfonso Fernández Mañueco a su llegada al Hotel Alameda Palace de Salamanca tras conocer el resultado de las elecciones del 13-F. JM GARCÍA

León

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El presidente en funciones de la Junta de Castilla y León y aspirante del PP a revalidar el cargo, Alfonso Fernández Mañueco, ha reconocido este lunes que su intención es buscar un "gobierno en solitario", aunque ha asumido igualmente que no descarta tener que formar uno de coalición tras "dialogar y negociar" con otras formaciones, sin descartar a Vox.

En una entrevista con Onda Cero, Mañueco ha subrayado que el peso de la negociación recaerá en el PP de Castilla y León y ha negado que él haya recibido consigna alguna de la dirección nacional de su partido para no mencionar a Vox o no incluir a ese partido en este proceso.

"Efectivamente", ha contestado al ser preguntado por si el secretario general del PP, Teodoro García-Egea, puede opinar pero no decidir.

Porque ganó la alianza PP-Vox. El líder autonómico del PP, Alfonso Fernández Mañueco, tendrá que pactar con el partido de Abascal si quiere gobernar en la Junta.

Mañueco, que aspiraba a una «mayoría suficiente para poder gobernar en solitario, sin hipotecas, ni trabas ni chantajes» —lo repitió sin descanso durante la campaña electoral— se ve obligado a pactar de nuevo, ahora con Vox como socio.

Ayer mismo, Santiago Abascal reclamó la vicepresidencia de la Junta. A Juan García-Gallardo, candidato de esta formación a la Presidencia de la Comunidad, se le está poniendo «cara de vicepresidente», dijo Abascal. Y luego, mucho más explícito añadió: «Vox tiene el derecho y el deber de formar gobierno en Castilla y León. El mandato es claro».

La operación diseñada por Pablo Casado para Castilla y León fracasó. Y aunque Mañueco ha ganado las elecciones, no con los votos suficientes para ese gobierno en solitario al que él aspiraba. Ha pasado de los 29 procuradores que tenía en 2019 a 31, sólo dos más. Y a diez de la mayoría absoluta (con casi el cien por cien escrutado, ha perdido 55.225 votos). Una victoria por la mínima que le obliga a tener socio.

Será Vox. Las matemáticas electorales no dejan más opción. El PP no lo lograría con nadie más. El PSOE no podría gobernar en ningún caso, ni aún contando con el resto del arco parlamentario. No le da la suma. La mayoría abosluta está en 41.

El PSOE ha perdido las elecciones (y 117.889 votos) después de perder también la moción de censura el 22 de marzo y se ha desplomado en las urnas. El líder socialista autonómico, Luis Tudanca, pasa de tener 35 a 28 procuradores, siete menos de los que tenía en una cámara de 81. Y eso pese a la remontada en la recta final de la campaña, con Pedro Sánchez y otros dirigentes socialistas arropando a Tudanca.

Ayer no sólo se cumplió el pronóstico del tiempo. Llovió, hizo frío y en León, hasta se escapó la nieve. También acertaron las encuestas que le daban a Vox un crecimiento exponencial. Las expectativas de Abascal con su joven candidato, el burgalés Juan García-Gallardo, se han cumplido: de un escaño que lograron en las anteriores autonómicas han pasado a 13. El resultado le da la opción de entrar en la Junta y cogobernar con Mañueco como antes hizo Igea con Ciudadanos.

No hubo el paseo militar que vaticinaban las encuestas para el PP. Y el plan de Pablo Casado de provocar el anticipo de las elecciones en Castilla y León, lograr la mayoría absoluta, erigirse como el líder capaz de erosionar el poder de Pedro Sánchez y llegar a la Moncloa aupado por Mañueco y por la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha fracasado. De hecho, el PP no ha logrado ni los escaños que obtuvo hace dos años el ganador de las elecciones autonómicas de 2019, el socialista Luis Tudanca: 35 procuradores.

Que las elecciones de CyL eran para el PP en clave nacional no sólo quedó probado en la campaña —con un despliegue de líderes nacionales, expresidentes del Gobierno y presidentes de comunidades autónomas— sino que ayer, antes de las 8 de la tarde, el propio Casado y el secretario general del PP, Teodoro García Egea, llegaron a Génova 13 para seguir en directo el recuento de votos.

Tanto, que en campaña Mañueco tuvo que reivindicarse antes de que se abrieran las urnas: «Me la juego yo y no Casado».

Mañueco no tendrá la legislatura apacible que soñaba cuando el 20 de diciembre apretó el botón e hizo saltar la legislatura acusando a su socio, el vicepresidente Francisco Igea (Cs), de desleal —bajo la sospecha de que preparaba una moción de censura con el PSOE— y disolvió las Cortes de Castilla y León por un tuit. Después hizo una llamada de teléfono a Igea: «Paco, que sepas que estás cesado y voy a convocar elecciones», le dijo Mañueco. El hasta ese momento vicepresidente Igea, que se había enterado de la noticia mientras estaba en directo en una entrevista en la radio, le respondió «Pues muy bien». Todo muy castellano.

El gran batacazo ha sido para Ciudadanos, que consolida en Castilla y León su imparable declive y anticipa su práctica desaparición nacional. Igea, que hizo las paces con su gran rival interna, Inés Arrimadas, la líder del partido naranja, que acudió a Castilla y León a respaldar al candidato, se ha quedado al borde de la nada, con un procurador —él— frente a los doce que obtuvo en 2019 (pierde 151.690 votos con el 99,23 escrutado).

Unidas Podemos ha perdido la mitad de su representación y en las Cortes de Castilla y León sólo estará el leonés Pablo Fernández, que se presentaba por Valladolid.

En el otro lado, en el del éxito, la Unión del Pueblo Leonés, que obtuvo ayer tres escaños en las Cortes autonómicas «para hacer oír la voz de León». Hay que remontarse a 1999 para encontrar ese mismo resultado de los leonesistas. El resultado de Vox impedirá sin embargo a la UPL se decisiva en las Cortes de CyL, como aspiraba.

La España vaciada entra con fuerza en las Cortes de Castilla y León con Soria Ya, que ha logrado tres escaños. Por Ávila se mantiene y conserva el procurador que tenía.

Está por ver si la legislatura es o no cómoda para Mañueco. Los comienzos no son buenos. Ayer, antes de que se cerraran las urnas, el partido de Abascal denunció al PP ante la Junta Electoral de Castilla y León por vulnerar la Ley electoral con un tuit.

Que no será un convidado de piedra en el gobierno de la Junta se lo había dejado claro Abascal a Casado y a Mañueco en la recta final de la campaña. Su partido, les advirtió, no iba a «regalar» sus votos al PP. Ayer, pidió la vicepresidencia de la Junta.

No sólo la provincia de León se ha tenido de rojo en el mapa autonómico electoral. También en Valladolid, Burgos y Palencia. Sólo la otra mitad de CyL es feudo del Partido Popular, salvo Soria, en donde se ha hecho fuerte la plataforma ciudadana Soria Ya.

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