Diario de León

Las urnas han citado a 426.102 leoneses en las elecciones autonómicas más nacionales

La provincia elige a 13 de los 81 procuradores del arco parlamentario en los comicios más atomizados hasta ahora

Evolución del voto

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León

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España vota hoy en Castilla y León. La convocatoria adelantada de elecciones a mitad de legislatura concede a la política nacional un laboratorio de experimentación a poco más de un año y medio vista de la cita de las generales. La muestra medirá los apoyos de los dos grandes partidos, comprobará la incidencia del fenómeno Vox en bloque de las derechas, examinará hasta dónde llega el rebufo de la acción de gobierno estatal de Podemos, avistará si Ciudadanos sigue la deriva que dejó en la cuneta al CDS, evaluará la incidencia de las marcas alistadas a la España Vaciada y tasará el calado del leonesismo.

Todo, sin salir de la comunidad, que por primera vez llama en solitario a votar a 2.094.490 de electores, de los cuales 426.102, el 20,3%, corresponden a la provincia leonesa. El listado da turno presencial a los 1.934.411 habitantes en el territorio, a los que se suman 160.079 residentes en el extranjero. La nómina abulta sobre todo por la proliferación de los leoneses fuera de España: 48.321 en total, muy por encima del resto de provincias, como Valladolid, donde aparecen reseñados 14.478 vecinos en la diáspora.

Pese a estos ciudadanos con derecho al sufragio desde el extranjero, el censo queda ya como el más bajo de los últimos 30 años. Más si cabe en León, donde con respecto a la cita de mayo de 2019 se anota una caída de 10.857 electores, un 2,4%. El descenso revela además un peligro añadido que se ceba con la pirámide poblacional, al alinearse el 70% de estas mercas, cuantificadas en 7.550 personas, dentro de la franja de población que va de los 18 a los 39 años. La resta no la enjugan siquiera los 7.627 leoneses que votan por primera vez al rebasar la barrera de la mayoría de edad legal.

Menos población, 13 escaños

La bajada de población no se traduce esta vez en la merma de escaños. León volverá a escoger 13 representantes de los 81 totales que conforman el arco parlamentario de las Cortes autonómicas. Quedan lejos de los 15 con los que se arrancó en 1983, gracias entonces a un censo de 409.024 leoneses que le permitían figurar como la provincia con más procuradores, por encima incluso de Valladolid, que empezó con 14 y ahora ya suma 15. Por contra, la demarcación leonesa en 1999 ya bajó a tan sólo 14 y desde 2019 se ha quedado en los actuales 13.

El escenario se lo disputan 26 partidos y coaliciones presentadas en total en la comunidad. Aunque en León, el abanico de posibilidades se restringe tan sólo a 11 opciones políticas, dos menos que en 2019, pero sin ninguna novedad reseñable, más allá de la presentación conjunta de Podemos e IU. Las listas abarcan a 143 aspirantes a escaño en la provincia leonesa, a los que se suman otros 30 suplentes para completar las candidaturas que hoy se encontrarán los ciudadanos en los colegios electorales.

Con este reparto, los estudios demoscópicos vaticinan que los ultimos procuradores se repartirán por un puñado de votos. El estrecho margen ha hecho que los partidos redoblaran sus arengas en los días finales para que sus militantes logren movilizar la enorme bolsa de indecisos, que en la encuesta del CIS se cifra en el 23% de los ciudadanos y que condicionarán la participación, que en 2019 fue del 65,79% en la media autonómica y en la provincia se quedó en el 61,01%. En un escaño puede decidirse el gobierno de la comunidad para los próximos cuatro años, aunque la posible atomización del arco parlamentario, con la entrada de los nuevos partidos de la España Vaciada, también podría derivar hacia un bloqueo aritmético de los pactos que llevara a una nueva convocatoria en los próximos meses.

El ataque al sanchismo del PP

No quiere contemplar esta opción el PP, que ha repetido hasta la saciedad mensaje a los electores para elijan entre «el sanchismo o la política de éxito de la Junta». El discurso se ha desgastado con el avance de los días, en los que el candidato se ha centrado en sus propuestas de fiscalidad, empleo, sanidad e infraestructuras, mientras las encuestas reflejaban la caída paulatina.

Más allá de volver a convertirse en la fuerza hegemónica, el objetivo inicial de Alfonso Fernández Mañueco pasaba en el momento de la convocatoria por sumar una mayoría absoluta, sin necesidad de contar con un socio, como le sucedió Cs en estos dos últimos años y medio. El avance de las encuestas ha enfriado estas expectativas. Aunque hacia fuera se mantiene el mensaje del gobierno en solitario, se maneja la opción de un pacto de derechas con Vox y otros, como Por Ávila, como mal menor.

El PSOE apela al cambio

Tudanca ha grabado a fuego en cada intervención la apelación al «cambio», que fue el concepto que encumbró a Felipe González en 1982, con el añadido de los 35 años de gobiernos del PP en la comunidad, desacreditados a partir de las cifras de población y económicas. La estrategia se ha centrado en este mensaje, con los ministros y los anuncios del BOE de Sánchez como armas para vender la política del PSOE.

Dos años y medio después de su victoria, con el mismo líder y las mismas listas en casi todas las provincias, el escenario de partida no se repite para el PSOE. Tudanca se agarra a las expectativas que le concede el CIS, que es casi el único estudio demoscópico que le concede la victoria. El éxito pasaría por lograr un pacto de izquierdas y minoritarios para sumar mayoría.

CS quiere amortiguar el golpe

Con el sello de Ciudadanos a la baja en todo el territorio nacional y la crisis del pacto de gobierno con Mañueco como agravante, la candidatura de Igea partía con pocas expectativas de tener incluso grupo parlamentario. El partido confía en que la campaña les ha hecho crecer, aunque reconocen que están muy lejos de su anterior resultado.

Editorial:   

   En juego está el futuro de Castilla y León

 

Podemos agarra el voto a IU

La decisión de presentarse en coalición con IU pretende aprender de la experiencia de 2019, cuando la formación de Garzón se quedó fuera y Podemos apenas tuvo dos escaños, uno de ellos por León, aunque a última hora, gracias a los recursos y el recuento del voto de residentes en el extranjero. Como muestra de las expectativas, Pablo Fernández esta vez no se presenta por la provincia leonesa, sino por Valladolid.

El rebufo nacional de VOX

La formación mira los resultados de las generales de 2019 como aval. En esa cita se asentaron como tercera fuerza, con el 16,8% y de los votos. Este precedente cimenta unas expectativas alentadas por el alza nacional de la marca, que incluso les da alas para aspirar a formar gobierno con el PP sin más partidos. En León, donde no han tenido representación en las Cortes hasta ahora, podría quedárseles corto incluso un escaño como el que ya tienen en el Congreso de los Diputados.

La llama del leonesismo

La llama leonesista aviva las expectativas de resurgir de la UPL. Al inicio de la campaña, las encuestas hablaban de la posibilidad de sumar dos procuradores, pero con opción de llegar al tercero. Este horizonte se ha asentado con el avanzar de las fechas, aunque su logro dependerá en buena parte de la subida de Vox.

Perfil de los candidatos
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