Diario de León

Artur Mas rompe con Puigdemont, se queda en el PDeCAT y certifica el cisma

El independentismo concurrirá a las autonómicas más atomizado que nunca

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Artur Mas, primer impulsor del proceso secesionista catalán, llevaba tiempo deshojando la margarita. Tenía un dilema: seguir en el partido que fundó en 2016 y presidió hasta 2018 o irse con su delfín político, Carles Puigdemont, a quien designó a dedo al frente de la Presidencia de la Generalitat. La decisión la hizo pública el portavoz del PDeCAT, Marc Solsona.

«Siempre ha expresado la voluntad de que se siente del PDeCAT. El hecho de que en este momento complejo se reafirme en la militancia en el PDeCAT es una buena noticia», afirmó en Catalunya Ràdio.

Mas se mantuvo en silencio. En los próximos días podría dar sus primeras explicaciones. Nunca ha reconocido como un error propio la elección de Puigdemont como presidente de la Generalitat, a pesar de los derroteros por los que se adentró la política catalana bajo su mandato. Aunque en su decisión de permanecer en el PDeCAT y no sumarse al proyecto rupturista de JxCat sí va un reconocimiento implícito.

Puigdemont apuesta por mantener la confrontación con el Estado y la vía unilateral, mientras que el PDeCAT aboga por rebajar la tensión y regresar a un soberanismo más pragmático, en la línea del PNV.

El futuro político de Artur Mas es a día de hoy toda una incógnita. Hace meses que el expresidente ha cumplido la pena por inhabilitación que le impuso el Tribunal Supremo por organizar la consulta del 9-N de 2014, por lo que podría ser candidato. Nunca lo ha descartado. Los portavoces del PDeCAT no quisieron ayer especular con esta posibilidad. Se limitaron a señalar que cuentan con el expresidente.

Su primera tarea será tratar de frenar la fuga de militantes y dirigentes hacia JxCat. El independentismo concurrirá a los comicios más atomizado que nunca. La decisión del expresidente, sucesor de Jordi Pujol como máximo dirigente de Convergència, trascendió el día después de que Carles Puigdemont rompiera su carné del PDeCAT. El cisma es imparable.

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