Ayuso desprecia la manifestación y acusa a la izquierda de usar la sanidad para llegar al poder
Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, no pudo eludir referirse al descontento social y al conflicto laboral que ha provocado su gestión sanitaria y se mostró abierta a mejorar las condiciones de trabajo de los profesionales de la salud pública y a negociar con ellos. Pero más allá de esta mención dirigida a los trabajadores de la sanidad madrileña, en su primera intervención tras la multitudinaria manifestación que recorrió Madrid el domingo en defensa de la sanidad pública y contra la gestión del ejecutivo que dirige, Díaz Ayuso despreció el impacto de la manifestación y negó que esa protesta tuviera que ver con las reclamaciones laborales de los sanitarios. La líder popular vinculó las marchas que reunieron a 200.000 personas según la Delegación del Gobierno y a 670.000 según los organizadores con la búsqueda de la construcción de un nuevo liderazgo en la izquierda que los socialistas le estarían cediendo a Más Madrid, «a una escisión de Podemos», precisó con intención.
Si bien el principal dardo se lo lanzó al PSOE, la presidenta madrileña cargó con toda su artillería para desacreditar a la oposición madrileña en su conjunto, a la que tildó de «irresponsable» y a la que acusó de querer «llegar al poder a través de la confusión, la agitación y el juego sucio». Ayuso les atribuyó a los partidos de la izquierda una actitud que «impide el debate sereno para una reforma necesaria en un mundo que envejece». A cambio, les recriminó que hayan optado «por politizar las dificultades». La presidenta madrileña, tras la mano tendida que pareció mostrar a los trabajadores sanitarios para mejorar sus condiciones laborales, se empleó a fondo en desmontar los argumentos de la manifestación: «Si los activistas de la izquierda acudieran a nuestros hospitales, a lo mejor había menos demagogia», ironizó.
Los barones populares, reunidos ayer en Madrid en el Comité Ejecutivo Nacional, cerraron filas en torno a la línea argumental marcada por el vicesecretario de Organización, Miguel Tellado, que previamente había acusado al PSOE y a Unidas Podemos de «utilizar políticamente» la protesta por la sanidad en Madrid, cuando este «problema» afecta a toda España. Pero, de puertas para adentro, se respira cierta preocupación: los líderes territoriales del PP aconsejan a Ayuso que debería resolver el problema que tiene abierto en la sanidad pública de la región, porque le puede acabar pasando factura en las urnas y quedarse sin la mayoría absoluta. Y, de hecho, desde Ferraz usan el conflicto sanitario como una oportunidad de desgaste de su gran adversaria en Madrid.
Tellado también insistió en reclamar al Gobierno de Pedro Sánchez que ponga soluciones a la falta de médicos que hay en todo el país. Y, de hecho, ayer por la tarde los consejeros de Sanidad de los territorios en los que gobiernan los populares se reunieron y acordaron exigir al Ejecutivo central una solución consensuada al déficit de especialistas de medicina de familia.