Diario de León

Ayuso insta a Pablo Casado a no cerrar la puerta a un entendimiento con Vox

Aznar matiza los comentarios críticos que realizó en Valladolid y el líder del PP da por zanjada la polémica

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ayer en Málaga. JORGE ZAPATA

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ayer en Málaga. JORGE ZAPATA

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No es ningún secreto que el PP pretende emular en Castilla y León el éxito logrado el 4-M en Madrid. Es decir, una mayoría lo suficientemente amplia como para liberarse de apoyos externos y gobernar en solitario. Pero ese escenario, a día de hoy, parece irrepetible. Los últimos sondeos, salvo el CIS, apuntan a una victoria holgada de los populares el próximo 13 de febrero, pero también constatan que necesitarán a Vox para gobernar. Una posibilidad que en Génova no contemplan pero que Isabel Díaz Ayuso no desdeña. «El PP tiene que aspirar a ser el partido que gobierna en libertad, que tiene un proyecto claro, lo que no quita para que nos entendamos con otras fuerzas, en este caso con Vox», manifestó en Antena 3. A diferencia de otros barones territoriales, la presidenta madrileña ha normalizado el entendimiento con la formación de Santiago Abascal, su socio preferente, y lo expresa sin tapujos. Reconoce que que PP y Vox son «proyectos distintos» pero con puntos en común, y uno «muy importante» como han sido los votantes. «También tenemos en algunos casos intereses compartidos para el proyecto que necesitamos en España que, sin duda, es un cambio absoluto porque con el actual Gobierno vamos directamente a la ruina de las clases medias», remarcó.

Pero Génova no quiere ninguna atadura con Vox y trata de marcar terreno, como hizo el propio Casado este domingo, con una retahíla de críticas al partido deAbascal. El líder del PP le reprochó que se presente a las elecciones de Castilla y León pese a que defiende un Estado centralizado sin comunidades autónomas. Le situó como facilitador de las políticas de Pedro Sánchez al recordar que se abstuvo en el decreto para el reparto de los fondos europeos. Y señaló los supuestos vínculos de Vox con Rusia. Un distanciamiento que el escrutinio del 13-F podría obligar a modular.

Si se cumplen las predicciones demoscópicas —la última media de sondeos les otorga 34 escaños en las Cortes regionales, siete menos que la mayoría absoluta-, el partido ultraderechista tendría la llave del Ejecutivo. Y en la cúpula de Vox ya han avanzado que si sus parlamentarios son imprescindibles para garantizar la gobernabilidad, exigirán formar parte del Ejecutivo de Alfonso Fernández Mañueco, lo que lastraría en buena medida la estrategia de Casado en su carrera hacia la Moncloa. El «rubor» del expresidente En el PP consideran que aún hay partido por jugar e insistirán en «ignorar» a Vox para no alimentar su crecimiento.

Un auge que José María Aznar atribuyó este fin de semana a que los ciudadanos no tienen en otros partidos «un referente fuerte en el cual confiar». En un acto en Valladolid, el expresidente del Gobierno exhortó a los suyos a frenar la fuga de votos por el flanco derecho y dejó caer, de paso, que no conoce cuál es el proyecto de su partido. Unas palabras que encendieron las alarmas en la dirección popular. «Tengo cierto rubor en decirlo por si se considera necesario, yo apoyo a Pablo Casado y deseo que tenga éxito y sea presidente del Gobierno», dijo este lunes el exmandatario en la Cope para limar asperezas.

Aznar pidió no «interpretar» sus palabras como un recado interno y aclaró, sin mencionar a Vox, que el grueso de su intervención —«que por cierto fue bastante buena, dicho con toda la modestia del mundo»— iba dirigido a defender que «los populismos no son una opción para España». «No son recaditos; si tiene que decir algo a las claras lo hace», apuntó, por su parte, Díaz Ayuso.

La presidenta de la Comunidad de Madrid defendió que el expresidente del Gobierno «no es un florero, es un político» que aglutinó al centroderecha y que cuando va a un mitin «es reflexivo y doctrinal». «Si quieren un discurso de palabras vacías -afirmó- que no le llamen».

Para tratar de zanjar el asunto y evitar mayores consecuencias durante la campaña, Casado agradeció ayer las aclaraciones de su mentor y su «apoyo». No obstante, defendió de nuevo su liderazgo y su proyecto político al frente del PP.

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