Casado y Arrimadas luchan contra los sondeos e intentan arrancar votos al PSOE

La imagen no se repetirá en Galicia, donde la fortaleza electoral del PP de Alberto Núñez Feijóo se impuso y la coalición con Ciudadanos quedó descartada. En el País Vasco, sin embargo, Pablo Casado e Inés Arrimadas cuadraron ayer agendas para compartir mitin y mensaje en Gernika y escenificar la alianza con la que concurren a los comicios del 12 de julio en este territorio. Los sondeos dibujan un escenario adverso para la suma de las dos fuerzas, que presentan su candidatura como la «casa del constitucionalimo» y apelan incluso al votante socialista «decepcionado» con los pactos entre el PSOE y EH Bildu en el Congreso.

Hizo el llamamiento Arrimadas, en aras de la «transversalidad», y lo suscribió Casado. «Salgamos a pedir el voto de todos los que quieren seguir viviendo en paz -instó el presidente de los populares-, incluso aquellos que han votado tradicionalmente al partido socialista y se encuentran avergonzados por las negociaciones de Pedro Sánchez con los batasunos o los independentistas». Mismo enfoque que el de la dirigente de Ciudadanos: «Parece que han olvidado a todos los compañeros del PSOE que han sido asesinados a manos de ETA».

Casado, además, extendió la oferta al electorado que ve en el PNV una opción de centro derecha. A ese votante le argumentó que la formación de Andoni Ortuzar «sostiene» en el Congreso al «Gobierno más radical, con ministros comunistas y alianzas con la izquierda más reaccionaria». Se refirió así al Ejecutivo de PSOE y Unidas Podemos. Una incursión en el eje derecha-izquierda en un discurso, en todo caso, en el que primó la dicotomía entre nacionalismo y constitucionalismo.

Es la primera vez que ambos partidos suman sus siglas para una candidatura unitaria. El precedente es el de Navarra Suma, la marca con la que Unión del Pueblo Navarro, PP y Ciudadanos se presentaron a las elecciones generales y autonómicas en la comunidad foral el año pasado. En aquella ocasión, sin embargo, cada formación negoció por separado con UPN. La fórmula del País Vasco ha sido, en cambio, una apuesta política de las direcciones de Casado y Arrimadas, cuyos principales dirigentes acudieron este domingo a la cita en Gernika.

Fuentes populares apuntan que, para Génova, se trata de un «primer paso» en el proyecto de unificación de todo el espacio del centro y derecha. En el caso de Ciudadanos, sin embargo, la coalición le brinda la oportunidad de entrar en el Parlamento Vasco.

Las encuestas, sin embargo, pronostican que el primer examen de la alianza no obtendrá buenos resultados. El sondeo de Ikerfel publicado ayer en El Correo y El Diario Vasco apunta a una caída de cuatro escaños respecto a los obtenidos por el PP en los anteriores comicios. Eso dejaría a la coalición en los cinco sillones en el Parlamento autonómico.

Los populares se enfrentaban ya a un mal pronóstico a principios de año, antes de la crisis que acabó con el relevo de Alfonso Alonso, pero, de ser esta la respuesta del electorado, la suma de fuerzas no habría servido para revertir el retroceso.

El PP de Alonso siempre mostró su preocupación por el cuestionamiento de Ciudadanos del Concierto Económico y el Cupo vasco. Hoy, tanto el cabeza de lista, Carlos Iturgaiz, como Casado proclamaron su respaldo a todas las figuras derivadas del autogobierno envueltos en el simbolismo del Arbol de Gernika. No hizo mención expresa Arrimadas, aunque trasladó su defensa «a ultranza» de la Constitución y el Estatuto. La dirigente liberal ensalzó, además, la «solidez» de los gobiernos autonómicos y municipales que gestionan conjuntamente PP y Ciudadanos y la «buena relación» entre partidos. Una referencia significativa ahora que esta formación mantiene en el Congreso de los Diputados un canal de diálogo con el Gobierno de Sánchez.

«Estas alianzas merecen la pena -añadió Casado-, tengo que decir que confío en Inés Arrimadas».