Diario de León

Casado sepulta el plan España Suma y se lanza a la caza de votantes de Cs y Vox

Arrimadas responde con la ruptura en Cataluña de una posible alianza constitucionalista

Pablo Casado el domingo en coche en Madrid, en la manifestación contra la ‘Ley Celaá’. JUANJO MARTÍN

Pablo Casado el domingo en coche en Madrid, en la manifestación contra la ‘Ley Celaá’. JUANJO MARTÍN

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Pablo Casado firmó ayer el acta de defunción de España Suma, su proyecto de alianza electoral con Ciudadanos y Vox. En realidad se trata de un carpetazo dirigido al partido naranja porque con los de Santiago Abascal quedaron derruidos todos los puentes hace un mes con la moción de censura de los ultraderechistas a Pedro Sánchez.

Aunque la ruptura hace añicos la ya agrietada foto de la plaza de Colón, al menos en su vertiente electoral, Casado ha dado el paso porque cree que el PP está en condiciones de morder en el electorado de Ciudadanos, desconcertado y en desacuerdo, según su análisis, por el espíritu colaborativo de Inés Arrimadas con el Gobierno de Sánchez.

El líder de la oposición señaló ayer en la cadena Cope que daba por finiquitada «la alianza de constitucionalistas o del centro y la derecha con España Suma», y culpó a Ciudadanos y Vox.

El proyecto nunca cuajó, y sólo saltó a la arena electoral en el País Vasco en julio pasado con un resultado desastroso para el PP y positivo para los naranjas que, pese a ser un partido irrelevante en Euskadi, lograron dos diputados. La coalición también se presentó en las últimas generales en Navarra, pero el único beneficiario fue Unión de Pueblo Navarro que obtuvo todos los escaños ganados por la alianza.

En vista de esos resultados y de las expectativas que se abren, Casado sentenció: «Estamos en otra etapa». Una nueva fase, prosiguió, para «unir a los votantes de estos partidos en un proyecto (el PP) que es la única alternativa a Pedro Sánchez». Es decir, recuperar los seis millones de votos que ha perdido su partido desde que ganara las elecciones en 2011 hasta las de noviembre del año pasado, y que por el centro se fueron a los liberales, y por la derecha, a Vox.

El equipo de Casado ve al alcance de la mano el rescate de esos votantes y que el PP vuelva a ser la referencia hegemónica de la derecha. Pero la realidad apunta en otra dirección. Ciudadanos gana protagonismo día a día, y Vox se muestra como una fuerza sólida. Las encuestas, además, constatan que los liberales se recuperan de la debacle de las últimas generales y que la extrema derecha no flaquea.

En la dirección popular, sin embargo, insisten en que ven posible la reconquista, y más factible con el electorado de Ciudadanos.

EL PP «NO QUIERE SUMAR»

Arrimadas respondió con un portazo y anunció que no habrá listas conjuntas en Cataluña. «Hemos hablado muchísimas veces de esta opción, pero hoy Casado lo ha dejado claro», afirmó la líder naranja.

El PP, reprochó Arrimadas, «no quiere sumar esfuerzos», solo piensa «en cuántos escaños saca cada partido». Ciudadanos pretendía armar candidaturas unitarias de su partido, el PP y el PSC.

Los socialistas rechazaron la oferta en el primer minuto y el posible entendimiento se redujo a los populares. Los liberales condicionaron el acuerdo a ser el socio mayoritario porque son la primera fuerza constitucionalista en ese territorio. Ganaron las autonómicas en 2017 con 36 escaños, y el PP se quedó en cuatro.

Pero las cosas han cambiado. Ciudadanos se ha desinflado en Cataluña y en las elecciones celebradas en el año 2019 quedó no sólo por detrás del Partido Popular, también de Vox. Los sondeos otorgan a los de Arrimadas entre 13 y 14 escaños en el Parlament, menos de la mitad que hace tres años, y al PP entre ocho y nueve.

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