La crisis catalana condicionó el voto de 4 de cada 10 electores el 10-N

La situación en Cataluña fue un factor decisivo en las elecciones generales del pasado 10 de noviembre. Según se desprende de la última encuesta del CIS realizada en plena campaña, el desafío independentista condicionó el sentido del voto de cuatro de cada diez electores y se sitúa ya entre los tres problemas principales del país por detrás del paro, los políticos y la economía.

La sentencia del ‘procés’ y las revueltas callejeras en Barcelona en las que derivaron las protestas por las condenas a los líderes soberanistas influyó de forma directa en el 60% de esos votantes que se sintieron reforzados en su intención de votar al partido que tenía prevista. Un 17% acudió a las urnas cuando en principio no tenía intención de hacerlo. Otro 7,4% cambio de partido, lo que supone más de 700.000 electores. El principal beneficiado de los trasvases entre opciones políticas fue Vox, entre cuyas propuestas figura acabar con el estado de las autonomías o detener al presidente de la Generalitat, Quim Torra. La formación de Santiago Abascal arañó votos del PP (11,2%), PSOE (10,4%) e incluso de Esquerra (0,8%).

También Unidas Podemos, por el otro lado, restó apoyos a los socialistas (9,3%), quienes en la recta final de campaña vieron como su candidato, Pedro Sánchez, elevó su discurso contra el secesionismo con propuestas como la de endurecer las penas por la celebración de consultas ilegales. Este cambio de rumbo hacia la firmeza fue un error estratégico de Ferraz según el sondeo, en el que también se refleja el trasvase de votos del PSOE a un alicaído Ciudadanos (6,4%), cuyo batacazo electoral se llevó por delante a Albert Rivera.

Pedro Sánchez es considerado el político más preparado para gobernar (24,4%), el más moderado (23,6%) y fiable (18%). También es el preferido (27%) para ser presidente. Pablo Iglesias gana en las categorías de dialogante (17,5%) y dispuesto a llegar a acuerdos (15,1%) mientras que Abascal es el más agresivo (42,4%).