Diario de León

Díaz deja a un lado a Podemos para cerrar la crisis de la Otan ella sola con Sánchez

La vicepresidenta se muestra dispuesta a llegar a una «síntesis» sobre el gasto militar y el social pero sin imposiciones

Yolanda Díaz hace un gesto ayer, en la ‘Transnational Aspects Of Platform Work’ en Roma. FABIO FRUSTACI

Yolanda Díaz hace un gesto ayer, en la ‘Transnational Aspects Of Platform Work’ en Roma. FABIO FRUSTACI

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Yolanda Díaz pidió el martes una reunión de la comisión de seguimiento del pacto de coalición con Unidas Podemos, pero la exigencia tenía más de simbólico, según admiten en el partido minoritario del Gobierno, que de pragmático. Aunque aún no hay fecha, los socialistas y los morados coinciden en que, en principio, sería deseable que el encuentro se produjera antes del Debate sobre el estado de la Nación de la próxima semana para evitar dar argumentos a la oposición, pero la propia vicepresidenta segunda dejó caer ayer que, en realidad, confía en cerrar la última crisis entre socios, como siempre, en un tú a tú con el presidente del Gobierno.

Encontrar una solución que satisfaga a las dos partes, teniendo en cuenta el rechazo sin matices de Unidas Podemos a un aumento del gasto en defensa, no parece sencillo. Sobre todo, porque el ala socialista ya ha dejado claro que el compromiso de alcanzar el 2% del PIB en 2029, adquirido ante la Otan la semana pasada, no es negociable. Parte de ese compromiso implica, según lo remitido a Bruselas en el plan de estabilidad, que ya los Presupuestos para 2023 recojan un incremento de dos décimas del PIB, unos 2.600 millones de euros sobre los 13.100 actuales. Así que de alguna manera tendrán que pactar la discrepancia porque en lo que insisten unos y otros es en que no hay intención de dinamitar el Ejecutivo.

«Nuestra coalición progresista es más imprescindible que nunca. Para dar un mensaje de tranquilidad a mi país, vamos el presidente y yo a buscar todas las fórmulas imaginativas sobre el presupuesto de Defensa y lo que más me importa es que los españoles no sufran», dijo la vicepresidenta segunda desde Roma. Un día después de echar las patas por alto, todos los esfuerzos de su espacio político parecían ayer encaminados, de hecho, a bajar el diapasón. Porque también la ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra, se mostró obsequiosa con Sánchez durante el acto de presentación del Plan de Garantía Infantil, en el que ambos participaron.

Los morados tienen, en el fondo, asumido que acabarán tragándose el sapo del incremento del gasto militar y los socialistas defienden, además, que no debería resultarles tan complicado con una guerra a las puertas de Europa. «¿De qué modo si no nos protegemos y defendemos nuestra democracia y nuestra libertad?», les interpeló de nuevo ayer la ministra Portavoz, Isabel Rodríguez en RNE.

Lo que el socio minoritario del Gobierno no puede asumir, de cara a sus votantes, es la sensación de que se le obliga a agachar la cabeza sin compensación. De ahí que Yolanda Díaz estallara al enterarse por los medios de que el Consejo de Ministros de este martes aprobaría ya —desde su punto de vista, por la puerta de atrás, aunque los socialistas lo niegan— un crédito de 1.000 euros para gasto militar, que se cargará al fondo de contingencia de los Presupuestos de 2022 y no requiere aprobación del Congreso.

«Sin arrinconar»

La vicepresidenta, a punto de lanzar su «proceso de escucha» con vistas a las próximas generales, aseguró ayer, en ese contexto, que está dispuesta a dialogar con los socialistas y a llegar a una «síntesis» en la negociación presupuesta pero insistió en que debe hacerse de «manera cuidadosa», no y sin «arrinconar» a nadie, no a través de la prensa.

El PSOE siempre se ha mostrado confiado en que, pese a sus reparos, Podemos pacte las próximas Cuentas a cambio de alguna medalla social. En 2020, fue el Ingreso Mínimo Vital y el compromiso de regular los alquileres, en 2021 los morados volvieron a la carga con la ley de vivienda y por fin lograron la aprobación del proyecto de ley. Ahora está por ver qué piden, aunque su portavoz en el Congreso, Pablo Echenique, también advirtió de que, antes de sentarse a negociar, debe desbloquearse la tramitación en las Cortes de esa norma, que en principio permitirá a las autonomías poner límite al precio de la vivienda en zonas tensionadas.

Los socialistas cuentan con su aprobación en el próximo periodo de sesiones. Es cierto, sin embargo, que los Presupuestos de 2023 no serán tan fáciles de negociar, a tenor de la advertencia que este mismo miércoles lanzó en una reunión con diputados y senadores socialistas la vicepresidenta primera, Nadia Calviño.

La ministra de Economía aseveró que es intención del Gobierno seguir trabajando por una «recuperación justa» y por un reparto equitativo de las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania, pero también avisó de que ha llegado el momento de empezar a «absorber» la deuda extra a la que se recurrió en pandemia.

En una línea similar, el martes, el expresidente socialista, Felipe González, lanzó un aviso: «Si tardamos mucho en ajustarnos, nos ajustarán». En todo caso, nadie en el Ejecutivo descarta que haya que tomar nuevas medidas para amortiguar una inflación que ya cabalga por encima del 10%, más allá del plan anticrisis que se votará en el Congreso el jueves próximo. Y aún está pendiente entre los socios la negociación del gravamen sobre el beneficio extraordinario de las energéticas.

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