Díaz ignora el pacto con Bildu y no pone fecha a la derogación laboral

No son frecuentes los silencios de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que se suele caracterizar por decir las cosas con claridad. Y más si atañe a uno de los asuntos de los que más le gusta hablar: la derogación de la reforma laboral del PP, que ha sido una de sus banderas, tanto cuando estaba en la oposición como desde que llegó a La Moncloa. Por eso extraña aún más que desde el miércoles, cuando transcendió el acuerdo secreto entre PSOE, Podemos y Bildu para blindar la abstención de los vascos a cambio de derogar íntegramente la reforma laboral antes de que termine el estado de alarma, no se hubiera pronunciado sobre este asunto. Hasta ayer.

No le ha quedado más remedio que responder a las reiteradas preguntas sobre el tema que le hacían los portavoces de los grupos parlamentarios. Y eso que en su intervención primero evitó cualquier mención expresa a la reforma laboral y a la polémica generada tras el acuerdo con lo independentistas, que provocó que la CEOE se levantara de la mesa del diálogo social. En su respuesta la ministra ignoró este pacto y aseguró que su Ministerio continuará trabajando en la derogación de la reforma laboral pero como hasta ahora: bajo la base del diálogo con empresarios y sindicatos.

«Tengan claro que la derogación de la reforma laboral va a seguir su curso, su camino, pero lo hará con dialogo social», precisó, rechazando establecer el alcance de los cambios ni ponerle fecha a lo que -cabe recordar- es un compromiso del programa de investidura.

No obstante, Díaz sí defendió que esa derogación -sin precisar si será íntegra o solo algunos aspectos, los más lesivos- «sin lugar a dudas» debe abordarse «cuanto antes», pero admitió que «estamos en una pandemia y lo haremos en cuanto sea posible». De hecho, señaló que antes de la pandemia la mesa del diálogo social «trabajaba con normalidad» en el abordaje de la primera fase de la derogación de la reforma laboral y mostró su confianza en que se sigan alcanzando acuerdos tripartitos.

Lo que sí hizo fue cargar con dureza contra la «contrarreforma radical» del PP que ha «desmantelado el derecho laboral tal y como lo concebíamos» y que no ha servido para generar empleo, sino para devaluar los salarios, algo que -apuntó- no lo dice ella sino el Banco de España. «Las cifras de la precariedad hablan por sí solas. Algo ha hecho mal este país», precisó. Y aprovechó para lanzar un dardo al PP, al que no toleró que le cuestione el diálogo social un partido que «dinamitó un acuerdo un mes antes de una reforma laboral que han impuesto, que ha sido ya no cuestionada, sino que causó dos huelgas generales». Y volvió a tender su mano a alcanzar un consenso: «Ustedes lo que han hecho es imponer, pero no es nuestro estilo ni lo va a ser», aseguró. «Somos gente muy tranquila y por el bien de nuestro país vamos a hacer las cosas como se merece nuestro pueblo», prometió.

En esta línea, confió también en alcanzar un acuerdo con sindicatos y patronal para prolongar los erte en determinados sectores más allá del 30 de junio y aseguró que, pese al enfado de la CEOE, «la comisión tripartita sigue vigente y los avances, hasta donde sabe este ministerio el miércoles, fueron bastante importantes y la comisión seguirá desarrollando sus trabajos».